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La CDU de Alemania trata de mantener su protagonismo en la construcción europea

Pilar Bonet

Tras perder pie en Alemania, la Unión Cristiana Democrática (CDU) lucha por no dejarse arrinconar en Europa. El peligro de convertirse en un factor secundario en el diseño de visiones europeas es hoy una realidad para el partido de Helmut Kohl, y sus dirigentes lo saben. Las amenazas para la CDU vienen de múltiples flancos, tanto de los rivales ideológicos nacionales como de los partidos hermanos del continente, que ambicionan el liderazgo moral de los conservadores europeos.Los escándalos financieros, que han dejado fuera de la escena a Kohl y a su delfín Wolfgang Schäuble, han incrementado la influencia de Edmund Stoiber, el jefe de Gobierno de Baviera y dirigente de la Unión Social Cristiana (CSU), en la política conjunta de la CDU-CSU en el Bundestag.

Stoiber, un partidario de la Europa de las regiones, critica con vehemencia la burocracia y las competencias de Bruselas y se opone a una Europa "centralista y socialista". El populista bávaro defiende un modelo europeo basado más en la competencia interna de sus componentes que en la solidaridad entre ellos. El mayor peso de Stoiber en la CDU puede suponer un deslizamiento del partido de Kohl a posiciones más conservadoras.

Los rivales políticos de la CDU han visto en el austriaco Jörg Haider una magnífica ocasión de ocupar el terreno de centro abandonado por el partido de Kohl. Al igual que la CSU, la CDU está en contra del boicoteo al nuevo Gobierno austriaco y los responsables de la CDU aseguran que su actitud no ha sido determinada por la del partido bávaro. En el Bundestag, el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, acusó a Stoiber de haber tenido el papel de comadrona en la formación del Gobierno de Viena. No era la primera vez que Fischer y Stoiber se enfrentan por temas europeos, pero sí la primera vez en que Stoiber aparecía en uno de estos debates como un candidato real a la cancillería.

En opinión de Friedbert Pflüger, presidente del Comité de Asuntos Europeos del Bundestag, la "reacción exagerada" de la UE ante la formación del Gobierno austriaco es una amenaza para la integración europea, en especial ante la conferencia intergubernamental, que debe decidir sobre la sustitución del principio de unanimidad por el de mayoría cualificada.

El SPD, acusado hasta hace poco de poca sensibilidad en temas europeos, ve ahora la posibilidad de sacar partido electoral a Europa. El lunes, ante el comité ejecutivo de su partido, el canciller Gerhard Schröder, expresó su preocupación por la posibilidad de que la CDU adoptara una posición menos europeísta, bajo la influencia de Stoiber. Medios dirigentes de la CDU creen que la coalición rojiverde ha lanzado una ofensiva para marginar al partido de Kohl en temas europeos. "La convicción europea está indisolublemente unida a nuestra identidad", manifestaba ayer Karl Lamers, el portavoz de política exterior del grupo parlamentario CDU-CSU. "La renuncia al europeísmo sería la renuncia a las tradiciones de Konrad Adenauer y es algo inimaginable", afirmaba Lamers. Para este político, la discusión sobre la participación de Haider en Austria está marcada en cada país de la EU por la propia historia nacional y por la referencia a la historia de Alemania.

Europa para Merz

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Friedrich Merz, el nuevo jefe del grupo parlamentario, se ha adjudicado las competencias por la política europea. Esto supone que será el oponente político de Schröder y de Fischer cuando se trate de temas europeos en el Parlamento. En los cenáculos políticos se especula sobre las eventuales condiciones que Edmund Stoiber ha podido poner a Merz durante la visita que éste hizo a Múnich, antes de ser confirmado definitivamente como candidato para dirigir el grupo parlamentario común. Las credenciales europeas de Merz son buenas y, sobre todo, con buena base técnica. Merz fue diputado del Parlamento Europeo entre 1989 y 1994 y se especializó en la introducción del euro dentro del grupo parlamentario.

"El hecho de que la política europea dependa directamente de Merz indica que se la toma en serio y que se la revaloriza", manifestó Friedbert Pflüger a esta corresponsal.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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