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Instituciones Penitenciarias creará una 'unidad de madres' en la nueva cárcel prevista en Euskadi

Las presas recluídas en cárceles vascas que quieren convivir con sus hijos están obligadas a trasladarse a centros de fuera de Euskadi. Ni Nanclares de Oca ni Martutene -las dos únicas con módulos de mujeres- disponen de las unidades de madres previstas en la normativa. En los tres últimos años nacieron ocho niños entre rejas y dos presas tuvieron que ser trasladadas a otros centros. El Ararteko planteó el caso el año pasado a Instituciones Penitenciarias, que en su respuesta se compromete a crear un módulo para las madres en la nueva cárcel prevista en Euskadi.

El Ararteko apreció en su informe sobre la situación de las tres cárceles del País Vasco que las reclusas viven en peores condiciones que sus compañeros varones. Entonces llamó la atención sobre la ausencia de un módulo para mujeres en la cárcel de Basauri, criticó "las precarias condiciones" del área destinada a las presas en el centro de Martutene y puso de relieve la inexistencia de un módulo de régimen abierto para las mujeres en las tres cárceles de la comunidad autónoma. Tampoco pasó por alto la carencia de las unidades de madres previstas en la normativa penitenciaria. En todo caso, inició la actuación de oficio en junio de 1999, cuando conoció la situación de una reclusa de Martutene, que tuvo que ser trasladada a una prisión de fuera del País Vasco para poder encargarse de la educación de su bebé. El Ararteko, ante la imposibilidad de hacerlo directamente, trasladó su preocupación a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Justicia, a través del Defensor del Pueblo. "Desde nuestro punto de vista", inquiría el ararteko, Xabier Markiegi, "la falta de un departamento específico donde las mujeres que lo deseen puedan convivir con sus bebés provoca cierta desigualdad de trato, puesto que las reclusas se ven obligadas a trasladarse a centros penitenciarios alejados" de Euskadi. Esta circunstancia, seguía el informe, "repercute negativamente en el mantenimiento de las relaciones familiares y resulta especialmente grave cuando la mujer tiene otros hijos menores que residen aquí".

En los tres últimos años han nacido ocho niños en las cárceles vascas y sólo dos de las madres internas solicitaron su traslado a otros centros que cuentan con departamentos específicos. Una de ellas es Maite Sagastume, reclusa de ETA, trasladada en mayo de 1999, junto a su hija recién nacida, según la respuesta de Instituciones Penitenciarias. El módulo de ese centro acoge a seis niños de dos a trece meses.

Instituciones Penitenciarias reconoce en su respuesta el problema que existe en el País Vasco, aunque trata de restarle importancia por el bajo número de nacimientos y de solicitudes de traslado. En todo caso, estima que "la implantación de una unidad resulta conveniente, por lo que en la construcción del nuevo centro previsto en el Plan de Amortización contará con ella".

Dicho plan de renovación de cárceles, revisado en 1998, plantea la construcción de 24 nuevas prisiones, además de 40 unidades en hospitales de toda España. Una de las nuevas cárceles se levantará en Euskadi, pero por el momento se desconoce el lugar y la fecha en que se iniciará la constrrucción de un centro que tendrá capacidad para 720 presos.

La situación en el resto del Estado tampoco es mucho más halagüeña en lo que se refiere a las unidades de madres. De las 71 cárceles dependientes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias -sin contar las 11 de Cataluña-, sólo 7 disponen específicamente de departamentos para la convivencia de madres e hijos.

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