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Enredados en una extraña adopción

Podría ser la historia de dos dramas: el de una pareja española, apesadumbrada por la imposibilidad de tener hijos, y el de una familia colombiana pobre, agobiada por el desempleo y la carga de varios descendientes a los que no puede atender.Sebastián Lozano y Trinidad Borja, un matrimonio de Barcelona, fueron detenidos el pasado viernes en Manizales -capital de la provincia cafetera de Caldas- cuando solicitaban un pasaporte para un recién nacido, sexto hijo de la pareja colombiana, haciéndolo pasar como suyo. Por medio han aparecido documentos falsos y 5.000 dólares (unas 850.000 pesetas) entregados a Carlos, el padre del niño.

Tanto los progenitores biológicos como los españoles alegan ahora lo mismo: fueron engañados por un abogado que les prometió un trámite fácil y rápido de adopción. Y se escandalizan cuando se les pregunta por una posible compra-venta del niño.

"Un bebé ni se compra ni se vende; nosotros sólo dimos una gratificación a quien nos dio una gran alegría", asegura Sebastián. El padre biológico lo refrenda: "Nunca pedimos dinero ni nos lo ofrecieron; Sebastián, de buena fe y a voluntad propia, quiso darnos un regalo con el que comprar un techo para los otros hijos que tenemos".

Según cuenta ahora la pareja española, un amigo de Zaragoza, que conoció en un viaje por Colombia el drama de los niños en medio de la pobreza, "por ahí tirados en la calle", les habló de la situación de Carlos.

"Durante varios meses estuve en contacto con él; me hablaba de su vida, de lo mal que le iba. Un día me contó que su mujer estaba en gestación y me ofreció al niño. Yo acepté con la condición de que todo fuera limpio", relata Sebastián.

El matrimonio catalán llegó a Manizales el pasado 13 de febrero a tiempo de asistir al nacimiento del bebé. Después de visitarlo, localizaron a través de la guía de teléfonos a Gustavo Benítez Parada, un abogado que les iba a ayudar en la resolución de los trámites que exige la ley.

Acompañada del letrado, la pareja española se presentó a mediados de la semana pasada en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entidad oficial encargada de las adopciones. Tras conocer los pormenores de la gestión y constatar que el proceso podría llevarles de dos a tres años de papeleo, salieron desilusionados de las oficinas. El abogado ofreció entonces resolver todo de manera rápida y fácil. "Él se movió para sacar el pasaporte del niño; cuando teníamos que recogerlo desapareció y a nosotros nos detuvieron".

El pasado viernes, cuando Sebastián y Trinidad intentaban obtener un pasaporte a nombre del bebé, agentes del DAS -la policía de extranjería-, tras comprobar que los papeles del niño no estaban en regla, detuvieron a la pareja y el menor fue llevado a un hogar de acogida.

Desde hace dos días, el matrimonio español se encuentra en libertad condicional. En un plazo de diez días la fiscalía decidirá si quedan en libertad o si continúan vinculados a la investigación por tráfico de niños y falsedad en documento. El Código del Menor tipifica estos delitos con una pena de uno a cinco años de prisión.

En medios judiciales se asegura que la investigación va a ser exhaustiva: "No creo que se les excluya de responsabilidad muy rápido", declara una fuente legal. "Han sido muy correctos; están colaborando mucho", señala el coronel Herman Bustamante, director del DAS regional. Pero reconoce que la situación de la pareja está "un poquito enredada". "Tienen que aclarar, entre otras cosas, por qué querían hacerse pasar por los padres biológicos del recién nacido". Sebastián y Trinidad presentaron un registro civil falso de su hijo Isaac Lozano Borja. En su descargo, aseguran que jamás firmaron este documento, que todo fue obra del abogado desaparecido.

La ilusión de regresar a España con un hijo no la han perdido los barceloneses . "Estamos en ello; hay gente importante que nos está ayudando". Y cuenta Sebastián que su esposa -que ha sufrido varios abortos- está sometida a frecuentes depresiones por no tener hijos, "por ver a la familia, a los amigos, por ahí, con sus niños".

Mientras, el bebé espera en Bienestar Familiar a que la justicia decida con qué familia debe vivir.

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