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TOM JONES - CANTANTE

"Ahora se canta mejor que antes"

Una nube de objetivos se apostaba ante él. Se paró y sólo dijo "un momento, por favor", antes de posar con la mejor de sus sonrisas. A los no armados con cámaras les resultaba difícil ver cuál era su aspecto. Unos codazos lo permitieron: polo y americana negros, botas de caña baja de igual color e impolutos tejanos convencionales. Ningún adorno al margen del ostentoso bronceado que lucía su rostro de casi sesenta años. Tom Jones en persona. Un total de 150.000 ejemplares de su último disco, Reload, vendidos en España. En él hace versiones de temas de ayer y hoy, y dúos con la plana mayor del pop de nuestros días: "No, hoy no se canta peor que en los sesenta, se canta mejor y los artistas son muy profesionales". Sí, realmente Tom Jones es un caballero muy cortés. Basta con escuchar el disco en cuestión para comprobarlo.El éxito de este álbum ha permitido que Tom Jones haga su primera gira por España. En los lejanos setenta actuó una sola vez, en Mallorca, "pero no recuerdo nada de aquel concierto, la verdad", afirmó. En mayo visitará Barcelona (día 12) y Madrid (día 13). "Será un show igual que los que hago en Las Vegas. No hay bailarinas ni nada por el estilo, sólo 11 músicos y mis canciones de siempre, además de las que canto en Reload. Dos horas de show". Será cuestión de no perdérselo. "Sí, porque sigo teniendo una voz muy poderosa y una gran presencia escénica".

¿Y qué hay de su sex appeal ahora que ya no es un jovenzuelo? "Pues que ahora la gente se fija más en mi voz que en mi presencia física. De todas formas, una vez, en Las Vegas, subió una mujer a escena a pedirme un beso. Le pregunté si estaba casada, a lo que respodió que sí y que su marido estaba en la sala. Él me gritó: '¡Bésala y déjame a mí acabar la faena!'. Sí, las mujeres siguen viniendo a mis conciertos", apostilló sonriente y con coquetería.

A la cuarta pregunta, Jones notó que le faltaba algo. Susurró en la oreja de su asistente. Minutos después ya tenía encima toda su artillería: una cruz de oro suspendida de una gruesa cadena de igual metal, un reloj también de oro cuyo peso hacía pensar en un cabestrillo para llevarlo y una cadena no menos dorada ni gruesa. ¿Algún compromiso patriótico con su Gales natal? "Sí", respondió Jones, "éste". Entonces enseñó un anillo de oro, por supuesto, con el emblema nacional de Gales. Un dragón en el dedo del León de Gales.

¿Qué ha cambiado en el panorama musical en estos 30 años de carrera?, se le preguntó: "Nada", respondió. "Lo más importante que ha pasado es que nada ha cambiado. Cuando cantas y grabas todo sigue igual. Sí, hay más aparatos, pero lo importante, la voz y la interpretación, continúan siendo lo más importante". ¿Y la tecnología, no ha provocado revoluciones estilísticas? "Bueno, en los estudios hay más aparatos", concede.

Uno piensa que con sus pulmones los debe de reventar. Son los pulmones de un ex minero que gracias a It's not unusual y Delilah comenzó a convertirse en el multimillonario que hoy es. Vive en Estados Unidos, actúa fundamentalmente en Las Vegas, casi no lo hace en Europa y esta vez puede que en Austria se queden sin verlo. "¿Que Sting ha suspendido sus actuaciones allí? Bien, estamos pensando si actuaremos o no. La verdad es que la opinión pública no está de acuerdo con lo que supone un Gobierno como el que allí tienen", dijo sin citar a Haider.

De vuelta a su gira española, Tom declaró: "No es descartable que alguno de los artistas con los que canto a dúo en el disco puedan acompañarme en el escenario, aunque es muy poco probable". Surge el nombre de uno de ellos, Van Morrison. "Éste es el más difícil de todos porque tiene una personalidad impredecible", manifestó.

¿Y cómo surgió la idea de Reload? "Fue una propuesta de mi discográfica. Yo conecté con los artistas galeses que aparecen en el disco [Catatonia, Stereophonics y Manic Street Preachers] y los demás [de Robbie Williams a Divine Comedy, pasando por Barenaked Ladies, Portishead, Simply Red, Natalie Imbruglia y Zucchero] los consensué con la compañía. De hecho, la idea surgió porque había coincidido con muchos de ellos en bastantes programas de televisión y resultó bastante natural trabajar juntos después en un estudio de grabación". Según Tom Jones, lo más complicado del proyecto resultó "la selección del repertorio y buscar las fechas para grabar con cada uno de ellos". Y continuó: "Todo resultó más fácil y fluido de lo que yo mismo imaginaba".

Sobre la mesa reposan una jarra de leche, otra de café y una de zumo de naranja, que es la única a la que Tom Jones presta atención. Aún no ha comido y el tiempo apremia, pero todavía hay espacio para rememorar las primeras influencias. "Era adolescente en los cincuenta y me gustaban todos los rockeros de entonces. Desde hace un tiempo, teniendo ya un estilo propio, las influencias casi no cuentan". Levanta su recio corpachón y enfila la salida. En mayo le volveremos a ver haciendo lo que mejor sabe en esta vida: usar su portentosa voz para cantar.

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