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PATRIMONIO

El Ayuntamiento gasta 26 millones en dos estatuas que no sabe dónde colocar. Gómez-Angulo se opone a colocar las dos estatuas en la plaza de Oriente

El equipo de gobierno municipal, del PP, tiene un dilema. Después de presupuestar y encargar dos grandes estatuas ecuestres -sobre su peana medirán casi seis metros-, ahora no sabe qué hará con ellas. Y, si decide instalarlas, desconoce dónde.Lo malo es que de los 56 millones que costó el encargo, ya ha pagado casi la mitad (unos 26 millones). Además, las embocaduras de los túneles que discurren por la plaza de Oriente fueron especialmente construidas para albergar ambas efigies.

Juan Antonio Gómez-Angulo, concejal de Cultura, ha declarado: "No me consta que en el proyecto original de la reforma de la plaza de Oriente se contemple la ubicación de las dos estatuas". Según él, "si fuese así, sería el Ayuntamiento, y no el arquitecto Miguel Oriol, quien decida su ubicación". Y agregó: "Oriol no va a seguir dictando la política de colocación de estatuas del Ayuntamiento".

La instalación de las estatuas ecuestres en las isletas de la plaza de Oriente fue decidida el 31 de julio de 1998, a instancia del concejal de Obras e Infraestructuras. Su adjudicación, a la empresa Condisa, fue rubricada el 17 de diciembre de aquel año.

Según fuentes de Gerencia Municipal de Urbanismo, la cantidad asignada para el moldeado, ampliación y construcción de las dos estatuas ecuestres, de Felipe V y de FernandoVI, en bronce, fue de 57.278.131 pesetas. "Como se trataba de una suma inferior a 100 millones, no fue preciso su paso por las comisiones informativa y de gobierno, quedando, pues, asumida y dotada por el Consistorio", señalaron las mismas fuentes. "De aquella suma presupuestada entonces, ya ha sido certificada la suma de 26.521.821 pesetas".

En los planos presentados por Oriol al Ayuntamiento a partir de febrero de 1997 constaban ya la ubicación de las losas y peanas donde se erguirían las efigies ecuestres. El asunto presentaba complejidad técnica, habida cuenta de que el arquitecto proyectó colocar las estatuas en las dos embocaduras norte y sur del túnel que surca la plaza de Oriente. El refuerzo sobre el que se erguirían las dos peanas tuvo que ser calculado para poder alojar el correspondiente gálibo para permitir el tránsito subterráneo de vehículos.

Ello requería una estructura con pilastras, una losa de hormigón armado a la que se dio una inclinación adecuada para cumplir el gálibo exigido, más revestimientos laterales de granito y zonas de hormigón. Sobre estas grandes losas, de 13 metros de longitud por 10 de anchura, irían sus correspondientes peanas de ladrillo revestido de granito. Desde la base de la losa hasta la cima de la peana mediarían unos cuatro metros. Desde las pezuñas de las estatuas de bronce hasta el extremo de la cabeza de cada monarca, la distancia sería de 3,75 metros. Las losas fueron construidas para soportar cuatro toneladas de peso de cada una de las estatuas.

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Todo el proceso fue precedido por contactos entre Oriol y la directiva de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la que pertenece el arquitecto madrileño, así como otros con el Consistorio. La de San Fernando era la institución prestataria de las dos pequeñas tallas ecuestres, de Felipe V y de Fernando VI, respectivamente, labradas en su día por Roberto Michel y por Álvarez de la Peña, con las cuales se harían los modelos, sus respectivas ampliaciones y su fundición.

Bronce

Oriol propuso que, por razones de ahorro, podrían instalarse estatuas hechas en resina, pero Bellas Artes optó por que se construyeran en bronce, tarea que se encomendó a los escultores Miguel Ángel Rodríguez y Eduardo Zancada, del taller de la Academia de San Fernando. Una de las estatuas ha sido ya fundida, cerca de Paracuellos de Jarama, pero el modelado quedó detenido hace 15 días, según fuentes técnicas.

Gómez-Angulo, concejal de Cultura y responsable provisional de Obras e Infraestructuras, tras la salida de su antecesor, Enrique Villoria, se opone a que las estatuas ocupen el lugar previsto. Hay quien opta por llevarlas a los jardines de Sabatini o a la plaza de la Armería, según fuentes de la Academia, que destaca la falta de condiciones de estos lugares para soportar una estructura de cuatro toneladas.

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