El Besòs espera al Espanyol

La futura ciudad deportiva que el RCD Espanyol levantará en Sant Adrià de Besòs marcará el inicio de la recuperación de la ribera derecha del río, donde se asientan dos de los barrios más degradados del cinturón de Barcelona: La Mina y La Catalana. Los 50.255 metros cuadrados de superficie de que consta el terreno adquirido por el club blanquiazul están a punto para que comience la edificación. El Ayuntamiento de Sant Adrià calcula que dentro de unos días concederá la licencia de obras al proyecto, del que es autor el arquitecto Rafael Pérez González, más conocido entre la afición futbolística como Marañón desde el tiempo en que vistió la camiseta del club.La inversión necesaria para cuatro campos,un edificio central de tres plantas y otros dos recintos reservados al entrenamiento de los jugadores y de la cantera ascenderá a unos 900 millones de pesetas. El Espanyol continuará utilizando como campo principal el del estadio olímpico de Montjuïc, donde disputa sus partidos en la actualidad.

Una vez finalizados los trabajos que en los últimos meses han allanado el enorme solar delimitado por la ronda del Litoral, la autopista A-19 y la vía del tren, el Ayuntamiento espera que se justifique la localización de una cincuentena de plazas de aparcamiento, que no figuran en el plan inicial, para conceder la licencia de obras. Se trata de aspectos menores de un proyecto que el arquitecto municipal de Sant Adrià, Josep Antoni Megías, no duda en considerar "muy completo". Las instalaciones deportivas podrían estar terminadas en unos 15 meses.

De la ciudad deportiva destaca, como principal elemento arquitectónico, el edificio central, que constará de una planta semisubterránea, planta baja y dos más, que albergará los vestuarios y las gradas dispuestas en una especie de pérgola con capacidad para 1.000 o 1.200 personas. A cada lado se sitúa un campo. El recinto dispondrá además de otros dos campos de entrenamiento de 6.300 metros cuadrados cada uno. La urbanización del entorno ocupa 11.000 metros cuadrados.

El proyecto del Espanyol no se vislumbra desde el otro lado del Besòs como una obra aislada, sino que se inscribe en la largamente esperada recuperación del margen derecho del río. A pocos metros se levantará un pabellón municipal en el que se invertirán 500 millones de pesetas. Los vecinos de Sant Adrià confían en que la ocasión que llevan esperando tanto tiempo se la brinde al fin el Fòrum de les Cultures, que ha elegido la desembocadura del Besòs como escenario. Será precisamente esta zona, en la que hasta ahora se concentran equipamientos de ámbito metropolitano como la incineradora y la depuradora, la que registrará los cambios más espectaculares gracias a un puerto de dimensiones más reducidas que las previstas inicialmente, al zoo marítimo y a un campus universitario.

La envergadura de las inversiones necesarias para dignificar núcleos residenciales tan degradados urbanística y socialmente como La Mina supera con creces la capacidad financiera de un Ayuntamiento modesto como el de Sant Adrià de Besòs, por lo que su mejora precisa de la participación de los distintos niveles de la Administración.

El espacio que ocuparán el deporte y el ocio son los que están más definidos. Sin embargo, todavía están más verdes las líneas maestras en torno a las cuales se articularán los núcleos residenciales más problemáticos del municipio.