La leve bronca de la patronal
Los máximos dirigentes de la Confederación Empresarial Valenciana y de la Cámara de Comercio, Rafael Ferrando y Arturo Virosque, respectivamente, nos han amenizado la semana con un amago de pelotera cuyas claves últimas se le escapan a este comentarista. Tratándose de gente adulta y responsable no parece lógico que se enzarcen en estos riferrafes pueriles. Aunque, bien pensado, no sería el primero. Tiene uno la impresión de que periódicamente necesitan gallear para reafirmarse en sus dominios o denotar que su corralito existe, aunque no se sepa con precisión para qué, cual es el caso de las cámaras o la proliferación de siglas asociativas empresariales. Otro gallo cantaría si esos bríos los aplicasen a solventar, o cuando menos señalar, las muchas quiebras y deficiencias de la economía indígena, apenas disimuladas por la retórica oficial al uso, tan complacida. Pero eso son palabras mayores. Nuestros líderes patronales se conforman con meter una poco bulla, reconciliarse y volver al redil. Mero desfici.
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