"Nuestra presencia en el Gobierno de Jospin es estratégica"
Mientras preparan su 30º congreso, los comunistas franceses hacen saldo de su participación en el Gobierno de izquierda plural que dirige el socialista Lionel Jospin. El secretario general del Partido Comunista Francés, Robert Hue, apuesta por mantener la alianza de gobierno con los socialistas. "Nuestra participación en el Ejecutivo es estratégica, no coyuntural", subraya. Robert Hue, de 53 años, admite que en Francia existe un lugar de encuentro, "una plaza común, entre socialistas y comunistas". Pregunta. ¿Cuáles son las razones que llevaron al PCF a un acuerdo de gobierno con el Partido Socialista?
Respuesta. Hay que recordar que en Francia no hay mayoría de izquierda sin los comunistas. Cuando se presentó la ocasión, en 1997, la militancia se pronunció por el acuerdo de gobierno con los socialistas, a pesar de que nuestra posición en el Ejecutivo debía ser forzosamente minoritaria. Había una gran esperanza y necesidad de cambio.
P. ¿Esa participación es estratégica o responde a una situación coyuntural?
R. Es estratégica, nada de coyuntural ni efímera. Creemos que para ser más eficaces y trabajar en un plano constructivo hay que estar presentes en las instituciones. Estando en el Gobierno hemos movilizado a decenas de miles de personas contra los despidos de Michelin y por la defensa del empleo, la mayor manifestación política de los últimos cinco años.
P. ¿Y no hay una contradicción en eso de tener un pie en el Gobierno y otro en la calle?
R. Sí, pero es una contradicción saludable, positiva para el movimiento progresista. La protesta por sí sola muestra enseguida sus límites si carece de una prolongación constructiva en las instituciones. Tenemos que sobrepasar la cultura del no sistemático. El peligro está en que el Gobierno de izquierdas haga una política diferente a la que se había comprometido. Eso es desastroso para la moral y para la política. Lo que los ciudadanos reclaman hoy en Francia y Europa es, justamente, la concordancia entre la política y la moral, además del respeto a la palabra dada.
P. Pero el PCF comparte hoy el sistema de democracia representativa y el régimen de mercado, aunque se proponga modificar el sistema desde dentro, reducir las desigualdades.
R. Al entrar en el Gobierno sabíamos perfectamente que no podríamos poner en práctica todas nuestras propuestas por la sencilla razón de que estábamos en minoría. Somos demócratas y aceptamos la relación de fuerzas existente.
P. ¿Es eso lo que les lleva a aceptar ahora la construcción europea y, en cierta manera, también las privatizaciones?
R. Nosotros no aceptamos las privatizaciones. Estamos en el Gobierno, pero hay cosas que no aceptamos. Ésa es la originalidad de la izquierda plural.
P. Pero ustedes siguen sin ser europeístas.
R. Hay una connotación en el término que no nos gusta. Yo estoy por Europa, pero no por una Europa que, a pesar de estar dominada políticamente por los socialdemócratas, se encuentra sometida a la fortísima presión del liberalismo. ¿Hay que retirarse por eso de las instituciones? No, hay que tratar de cambiar las cosas. Es lo que hacen los ministros comunistas franceses en Europa.
P. ¿Su relación con Jospin es buena en estos momentos?
R. Sí, es un hombre muy realista, y no lo digo en sentido peyorativo.
P. ¿Qué es exactamente ser comunista en Francia en el año 2000?
R. No aceptar la idea de que es imposible superar un sistema injusto como el capitalista, querer cambiar la sociedad y quererla cambiar con todos aquellos que no se resignan a aceptar las leyes de los mercados financieros y la dominación del capital.
P. ¿Hay o no grandes diferencias con los socialistas?
R. Sí, hay diferencias porque los socialdemócratas no quieren cambiar verdaderamente la sociedad, no llevan las reformas hasta el final. De todas maneras, yo veo que, al contrario que Blair y Schröder, Lionel Jospin no está aplicando una política social-liberal, sino una socialdemocracia singular que tiene en cuenta la realidad francesa y la existencia del PCF.
P. ¿Comparte el lema de Jospin "sí a la economía de mercado, no a la sociedad de mercado"?
R. Cuando se acepta muy rápido la economía de mercado, nos encontramos al final dentro de la sociedad de mercado. Yo no rechazo el mercado, que es una realidad, como la del dinero. Lo que rechazo es el mercado capitalista.
P. ¿Los socialistas y comunistas franceses están más cerca que nunca?
R. No sé en otros sitios, pero es verdad que en Francia hay un espacio de encuentro, una plaza común entre socialdemócratas, comunistas y otras sensibilidades. Lo que pasa es que esa marcha común moriría inmediatamente si el camino condujera a la socialdemocracia. Si nos convertimos en el ala izquierda de la socialdemocracia dejaría de haber izquierda plural y mayoría. Lo bueno de la izquierda plural es que no contribuye a atenuar las diferencias entre nosotros, sino todo lo contrario, hace de la diversidad algo positivo para unos y otros.
P. ¿Qué piensa del acuerdo entre el PSOE e Izquierda Unida?
R. Sin ánimo de entrometerme en asuntos ajenos, lo que puedo decir es que me parece una buena idea, avalada, además, por nuestra experiencia en Francia. Veo una similitud con nuestra situación de 1997, porque la unidad de la izquierda resulta ahora necesaria en España para poder batir a la derecha liberal. Me parece estupendo que el acuerdo contemple medidas como las de las 35 horas. La unidad de los progresistas es saludable, necesaria y ventajosa para el país.
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