El Gobierno asegura que no dejará que el alcalde de El Ejido confine en un gueto a los inmigrantes
Los ministros de Administraciones Públicas y Trabajo, Ángel Acebes y Manuel Pimentel, aseguraron ayer que la solución de alojar a los inmigrantes de El Ejido (Almería) en casas prefabricadas junto a los invernaderos tiene carácter temporal y que no permitirán que se les confine en "un gueto". Los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez, y el presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), Abdel Hamid Beyuki, mostraron su inquietud por el propósito implícito del alcalde Juan Enciso, del PP, de instaurar un "apartheid".
Técnicos de Protección Civil, de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de El Ejido se reunirán hoy en la Subdelegación del Gobierno en Almería para decidir la ubicación de los barracones que servirán de alojamiento provisional a los inmigrantes que perdieron casas y enseres en los disturbios racistas de hace dos semanas, informa Ana Torregrosa.El Gobierno, la Junta y los sindicatos decidieron el jueves que las viviendas prefabricadas se instalen junto a los invernaderos, para lo que será preciso garantizar el suministro de energía eléctrica y agua corriente.
Está previsto trasladar hoy desde Madrid unos 40 módulos y empezar a instalarlos entre mañana y el lunes. Protección Civil dispone de dos tipos de módulos: los de alojamiento, con capacidad para un máximo de ocho personas, y otros más reducidos, que sirven como cuarto de baño. El coste por unidad ronda el millón de pesetas y el número de inmigrantes a los que se puede dar cobijo con este sistema asciende a unos 300, aunque aún no se dispone de un listado completo de los damnificados.
La fórmula de las viviendas prefabricadas fue aceptada por el alcalde de El Ejido, quien se había opuesto, sin embargo, a ceder terreno para levantar un campamento. Sindicatos y asociaciones de inmigrantes expresaron ayer su temor a que la aceptación de Enciso responda a que éste confía en consolidarla como una solución definitiva, lo que en la práctica confinaría a los inmigrantes en los cortijos, aislándolos del resto de la población.
Beyuki acusó ayer al alcalde de pretender montar un "mini apartheid", para mantener a los inmigrantes "alejados del pueblo", como si tuvieran "alguna enfermedad contagiosa".
El secretario general de la UGT, Cándido Méndez, que se reunió con el presidente de ATIME, reconoció que no estaba "plenamente satisfecho" por la forma en que se ha encauzado el problema, debido a la inquietud que le producen las manifestaciones del alcalde, que parece dispuesto a realizar "una especie de guetización con los trabajadores inmigrantes de El Ejido".
También el secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, advirtió de que su sindicato no permitirá que se pongan obstáculos a la integración social de los inmigrantes.
"Espero que al señor Enciso no se le haya pasado por la cabeza convertir una iniciativa provisional, el realojo inmediato de los inmigrantes en módulos prefabricados, en una decisión definitiva; lo que supondría, de hecho, su marginación y conversión en un gueto", agregó.
El ministro de Administraciones Públicas intentó tranquilizar a las ONG que trabajan en la zona, con las que se reunió por la mañana, garantizándoles que se evitará la creación de "cualquier tipo de gueto" y que los módulos tienen carácter provisional, hasta que se construyan viviendas.
Acebes explicó a los representantes de Almería Acoge, ATIME, Federación de Mujeres Progresistas y Cruz Roja que la instalación de los barracones irá acompañada de otras medidas inmediatas, como la mejora de las vías rurales y el establecimiento de transportes colectivos para facilitar la movilidad de los trabajadores, el pago de indemnizaciones a los afectados por los ataques racistas, la regularización de los inmigrantes y el refuerzo de la presencia polical en la zona para garantizar la seguridad.
También el titular de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, manifestó en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que la instalación de los módulos constituye una solución "no definitiva" y "absolutamente respetuosa" con los acuerdos que pusieron fin a la huelga de los inmigrantes que trabajan en los invernaderos.
Por otra parte, Cruz Roja comenzó el jueves el reparto de comida en los asentamientos improvisados donde se han refugiado los marroquíes que huyeron de los ataques racistas. Según explicó ayer una representante de dicha organización, en la primera jornada se distribuyeron 415 bolsas con alimentos y productos higiénicos, así como mantas y sacos. El reparto no fue apoyado por la Comisión de Inmigrantes, cuyos portavoces la calificaron de "mero parche".
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