El PSOE pregunta a los obispos si encarcelarían a las 50.000 mujeres que abortan cada año

Los obispos no se presentan a las elecciones, pero fueron ayer el centro del debate en la precampaña. Sus recomendaciones de voto, que la mayoría de los partidos interpretó como favorables al PP, merecieron gruesos calificativos. En especial, la arremetida de la Conferencia Episcopal Española contra la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo y la comercialización de la píldora abortiva RU-486 en los hospitales. El PSOE preguntó a los obispos si meterían en la cárcel a las 50.000 mujeres que abortan cada año en España e IU les acusó de intentar debilitar el sistema democrático.

"Gracias a Dios, los españoles votan lo que quieren y no lo que los obispos querrían. Ahí Dios nos ayuda", dijo Joaquín Almunia, el candidato del PSOE a La Moncloa. Fue su única reacción jocosa a la beligerancia electoral de los prelados. Más tarde, en tono serio, reiteró su defensa de la ampliación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, de 1985, alegando que en un país laico no sólo no debe ser abolida, sino que ha de ampliarse. De inmediato, precisó que en su programa se pone como límite de ello el marco constitucional.El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal dijo el jueves que ningún partido "se adecua con el Evangelio" y pidió a los cristianos que, "en caso de perplejidad", opten por "el mal menor" o "el bien posible" sin descartar "el voto en blanco o nulo". Los obispos cargaron las tintas contra las formaciones que promueven la ampliación de la ley del aborto, el PSOE e IU.

Los socialistas reconocieron ayer el derecho de los prelados a intervenir en la vida pública y defender su "cultura de vida", pero les preguntaron si ese camino implica meter en la cárcel a las 50.000 mujeres que se ven obligadas cada año a abortar en España. "No se puede trasladar automáticamente el código moral al penal. Nosotros no somos abortistas en el sentido que afirman, pero les decimos que su actitud peca de falta de caridad y de humanismo. El sentido común dice que nadie puede estar a favor de que una mujer tenga que ir a prisión por haber decidido interrumpir su embarazo", dijo Ramón Jáuregui, de la Ejecutiva del PSOE.

Más contundente fue el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. "Si no hay ningún partido que merezca el voto de los católicos es que los partidos somos gente sospechosa. Si yo fuera obispo, rechazaría el dinero que esos sospechosos me dieran", ironizó en Linares (Jaén), informa Ginés Donaire.

En esa misma línea, Felipe Alcaraz, de IU, manifestó que los obispos intentan debilitar el sistema democrático promoviendo la abstención o el voto nulo: "Lo atacan cuando los partidos mantienen una grandísima compensacion económica a la jerarquía eclesiástica".

Luis Mardones, portavoz adjunto de Coalición Canaria, calificó de "inadmisible" su llamamiento: "Está fuera de lugar. Soy católico y pido respeto al voto de conciencia. Pero la indicación de que no se vote es inoportuna, inadmisible; no es de recibo".

A su vez, Josep Antoni Duran, presidente del Comité de Gobierno de Unió Democrática de Catalunya, partido democristiano coligado con Convergència, puntualizó, según informa Gerard Bagué: "No hay ningún partido [según los obispos] que esté al ciento por ciento en sintonía con el Evangelio. Eso es respetable. Pero uno también tendría derecho a opinar si realmente la Iglesia está al ciento por ciento de acuerdo con el mensaje del Evangelio, porque a lo mejor habría cristianos que no acabarían de estar de acuerdo con esta expresión".

"[Los prelados] ven a las mujeres como irresponsables", denunció Isabel Serrano, portavoz de la Federación de Planificación Familiar. "Cada vez se sitúan más lejos de la realidad y, muy particularmente, de la de las mujeres", afirmó la Asamblea de Mujeres en un comunicado oficial. "Su reino, desde luego, es de este mundo y está del lado de la derecha", proclamó la presidenta de Mujeres Progresistas, Enriqueta Chicano.