El excanciller austriaco Klima dimite como líder de los socialdemócratas
El ex canciller se da por vencido. Viktor Klima dimitió ayer de su cargo de jefe del Partido Socialdemócrata Austriaco (SPÖ). Con Klima a la cabeza, la socialdemocracia obtuvo el pasado 3 de octubre el peor resultado electoral desde el fin de la II Guerra Mundial en 1945. Aunque el SPÖ sigue siendo -con el 33,15% de los votos- la fuerza política más fuerte, ha tenido que pasar a la oposición. Klima fracasó en su propósito de prolongar la coalición con el Partido Popular (ÖVP), no encontró apoyo parlamentario para constituir un Gabinete de minoría y, sobre todo, no consiguió impedir el acceso de la extrema derecha de Jörg Haider al Gobierno, en coalición, precisamente, con el ÖVP. Se retira porque no había contado con liderar una oposición. "Austria necesita empezar de nuevo. Este Gobierno no puede resolver los problemas, porque el problema es el Gobierno mismo", dijo Klima al anunciar su relevo. Su sucesor y candidato a la presidencia en las próximas elecciones será el ex vicepresidente de la Internacional Socialista Alfred Gusenbauer, cuyo nombramiento oficial será anunciado en la Asamblea General del partido a finales de abril. Gusenbauer, de 40 años, es un politólogo con una carrera política vertiginosa. Se inició como presidente de las Juventudes Socialistas y hace sólo 17 días acababa de ser elegido secretario general del partido. De Gusenbauer se dice que hará regresar al SPÖ a sus raíces, a la izquierda. Su objetivo primordial es realizar una política de dura oposición insistiendo en la justicia social para evitar que el actual Gobierno "castigue" a los enfermos y "expulse del trabajo" a las mujeres. Quiere elaborar un programa atractivo para nuevos estratos de la población, en particular para los jóvenes, a fin de quitarle votos a la coalición de derechas.
Mientras tanto, el líder ultraderechista Jörg Haider sigue llenando titulares. Haider había anulado su asistencia al Comité de las Regiones en Bruselas con la excusa de que estaba invitado a otra "reunión internacional muy importante". Haider, que no aclaró el lugar de la cita, fue visto a continuación en Canadá, un país que se ha sumado a las sanciones diplomáticas contra Austria. El ministro de Exteriores, Lloyd Axworthy, aclaró que el líder del FPÖ tiene derecho a entrar en el país, pero que no fue invitado. Según el diario Montreal Gazette, Haider declaró haber viajado para asistir a una boda, invitado por un grupo judío. Los miembros de esta pequeña comunidad ultraortodoxa, sin embargo, habían anulado ya la invitación. También hubo revuelo en el Centro del Holocausto de Montreal. Su portavoz, David Birnbaum, dijo que había recibido una carta donde se solicitaba una visita guiada particular para Haider. La entrada le fue denegada. Pero el servicio de prensa del FPÖ comunicó que "Haider no proyectó ninguna visita al Centro del Holocausto; por lo tanto, no pudo ser rechazado".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.