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Los países exportadores de crudo se aprestan a resistir la presión de EEUU para que los precios bajen

Fernando Gualdoni

Los grandes exportadores de petróleo del golfo Pérsico reaccionaron ayer con malestar a la advertencia que el presidente de EEUU, Bill Clinton, les dirigió el miércoles sobre que los precios elevados del crudo pueden ser contraproducentes para sus intereses. Las autoridades de Arabia Saudí, país sobre el que más han pesado el aviso porque EEUU es uno de sus mayores clientes, han declarado que el actual precio del crudo "es razonable" y pidió a los países consumidores que no "propaguen el pánico".El 27 de marzo próximo, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reúnen en Viena para decidir si elevan o no sus cuotas de producción y el ambiente se está caldeando. Entre el miércoles y ayer se produjo el primer roce fuerte entre EEUU, el mayor importador mundial de crudo, y los grandes exportadores.

El precio del petróleo, en su nivel más alto en nueve años, ha puesto en aprietos a todos los países importadores para controlar sus tasas de inflación. En este contexto, Clinton lanza un aviso a los exportadores de crudo para forzarlos a subir sus cuotas de producción, medida que aliviaría la creciente demanda de crudo y haría que los precios bajaran.

Dos de los tres exportadores de crudo que se reparten el mercado estadounidense, México y Venezuela, ya han declarado que están dispuestos a subir sus cuotas de producción desde el próximo 1 de abril. Pero el tercero, Arabia Saudí, el mayor exportador de crudo del mundo, aún no se ha decidido. Los saudíes ni siquiera habían participado activamente en todo el cruce de declaraciones que se ha producido hasta ahora en favor o en contra de aumentar la producción. Según fuentes de la OPEP, la advertencia ha molestado principalmente a los países del Golfo pérsico.

EEUU sabe que sin un acuerdo con Arabia Saudí, México y Venezuela no aumentarán la producción por sí solos. La unión entre ellos ha sido en gran parte la razón de que se hayan producido los recortes de producción y de que el precio haya subido. Y los tres, sobre todo Arabia Saudí y Venezuela, necesitan el dinero que les aporta la venta de crudo. El año en que la cotización de crudo estuvo por los suelos (1998) las exportaciones saudíes se redujeron en 22.000 millones de dólares, según el FMI.

Añadido a los propios problemas saudíes está la presión de Kuwait, su principal socio en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que está en favor de prorrogar el recortes de cuotas de producción hasta mediados de este año. Esta postura la apoyan Libia, Argelia e Irán, país este último con el que los saudíes se enfrentaron en la reunión de la OPEP de finales de 1999 y con el cual luego limaron diferencias en cuestión de política petrolera.

Todos estos países temen que si ceden y pactan un aumento de la producción, el precio del crudo vuelva a caer y sus economías con éste.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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