Enfermeras del espíritu
Ninguna de ellas se arrepiente de la decisión que tomaron hace un año. Estas cinco jóvenes (dos guipuzcoanas y tres vizcaínas) formadas en la Escuela de Enfermería de Vitoria han vivido 11 meses de clases teóricas y prácticas para conseguir especializarse en Salud Mental. Ha sido un curso duro, pero que han vivido con ilusión, como reflejaban los rostros de Aurora Rodríguez, Milagros Amondarain, Laura Rodríguez, Encarnación Villarejo y Leyre Fentanes el pasado jueves en la clausura de la primera promoción de esta especialidad, en la que se han titulado 17 enfermeras en toda España.Todo comenzó con un examen en Madrid al que se presentaron más de 5.000 aspirantes para cursar las especialidades de Matrona y Salud Mental. Quienes querían acceder a esta última titulación recuperaban una rama que se dejó de impartir en 1986. Y lo han conseguido, por lo visto en Vitoria, con esperanza y ganas por trabajar.
Pero los comienzos no fueron fáciles. Las clases prácticas llegaron casi al mismo tiempo que las teóricas en centros como el Hospital Psiquiátrico de Álava, la Unidad de Psiquiatría del Hospital Santiago o los apartados de toxicomanía de los centros de salud mental. "Tu capacidad de frustración se pone a prueba en estos casos; tienes que llegar a la dura conclusión de que no se trata sólo de trabajar con un paciente para resolver su problema, sino de mantener a enfermos prácticamente incurables", comenta Aurora Rodríguez.
Estos meses de prácticas les han servido también para distinguir a los pacientes. "Los peores, por decirlo de algún modo, son los toxicómanos: son los que más tratan de aprovecharse, sobre todo cuando llegas de novata, pero pronto los pones en su sitio. Y la mayor sorpresa te la llevas con la cantidad de jóvenes como nosotras que acuden a los centros de salud mental en busca de consejo", señala Laura Rodríguez, quien tras este año considera que la red asistencial en este campo aún tiene mucho trabajo por delante, sobre todo en Guipúzcoa y Vizcaya.
Cada una llegó a la especialidad de Salud Mental por distintas motivaciones, pero todas se encontraron en un mundo asistencial más que atractivo. "Hay que tener en cuenta que no sólo trabajamos con los que la gente llama locos; también vienen muchas personas con problemas de ansiedad o depresión que no tienen con quien desahogarse en su círculo familiar o de amigos", explica Laura Rodríguez, que precisamente cerró su año de especialización con un trabajo sobre la ansiedad y el estrés en enfermería.
Sobre este asunto también versaba la investigación final de Montserrat Villarejo (estrés laboral en enfermeras psiquiátricas), que obtuvo un premio en los primeros encuentros que celebraron las 17 enfermeras de esta especialidad en Gijón. Sus compañeras se centraron en la esquizofrenia (Milagros Amondarain y Leyre Fentanes) y la depresión (Aurora Rodríguez). El jueves volvieron a presentar estos trabajos en un acto en el que pasaron el testigo a otras cinco enfermeras que participan en la segunda promoción de esta especialidad. Cinco jóvenes dispuestas con igual ilusión a atender los males del espíritu.
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