El cartel de Juárez ofrece recompensas por asesinar agentes de EEUU
Sobrado de dinero y carente de escrúpulos, el cartel de Juárez ofreció 200.000 dólares (33 millones de pesetas) por cada agente de la patrulla fronteriza estadounidense muerto, informó George Swank, portavoz de la patrulla, que vigila parte de los 3.200 kilómetros de frontera compartidos por México y EEUU. "La recompensa del cartel es ofrecida a cada persona que asesine a un agente estadounidense dedicado a vigilar la frontera", señala el informe.
Se trata de un informe interno distribuido a cada uno de los policías de la patrulla con base en Marfa (Tejas). Según Swank, la amenaza es cierta y afecta al tramo comprendido entre Matamoros (Tamaulipas) hasta Yuma (Arizona), frontera con San Luis (Sonora). La franja delimitada es considerada como el área de influencia de los matones de Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos, dado por muerto en 1977, el grupo más poderoso y criminal de los existentes en México y en América Latina en su conjunto, según fuentes oficiales. El 55% de la droga que penetra en Estados Unidos es manejada por ese cartel, y los 200.000 dólares de recompensa por cada cadáver norteamericano no parecen demasiado, a juzgar por los multimillonarios ingresos atribuidos esa mafia. La dirección de la patrulla fronteriza redobló las precauciones para proteger a sus agentes, a los que se ha dotado de chalecos antibalas y otros equipos de protección personal blindados. La alcaldía de Ciudad de Juárez, en cuya jurisdicción fueron encontrados dos narcocementerios con osamentas pendientes de identificación, ha dispuesto la investigación de más de 70 policías despedidos de sus respectivos cuerpos por ser sospechosos de estar vinculados, como sicarios o como informantes, con las huestes de Amado Carrillo.
Estados Unidos y México acometen operaciones para atajar los embarques narcotraficantes. En la Operación Sellamiento Frontera Sur, que abarca la divisoria con Guatelama y la península del Yucatán, participan 23.000 policías y soldados de la Marina y del Ejército mexicanos, que tratan de contener el flujo de alijos por los Estados de Guerrero, Chiapas y Quintana Roo. La situación puede empeorar en las lindes del norte y es de temer que en un momento dado la lucha se torne "en una guerra verdadera en la que los agentes de la patrulla fronteriza sufran ataques armados", advirtió George Swank.
Barry McCaffrey, el zar antidroga de Estados Unidos, que concluyó este fin de semana una visita oficial a México, admitió que la fuerza del narcotráfico es tal que su comercio constituye "una terrible amenaza externa a las instituciones de ambas naciones". Según el funcionario norteamericano, el principal poder de esos delincuentes es su gran capacidad de corromper e influir en el mundo de los negocios, la política, la justicia o el periodismo.
La estructura del cartel de Júarez, según datos atribuidos a la Procuraduría General de la República (fiscalía mexicana) y a la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), sufrió cambios drásticos después de la muerte de Carrillo Fuentes. Está dividida en 400 jefes de células regionales, entre los que figuran 45 militares y ex militares, casi todos infiltrados o con información precisa sobre los servicios de espionaje mexicanos. Y según publicó el diario El Financiero, cerca de 200.000 personas trabajan directa o indirectamente con el narcotráfico.
McCaffrey efectuó una gira por diversas poblaciones mexicanas días antes de que el presidente Bill Clinton anuncie cuáles son los países que están colaborando a satisfacción de Washington en un polémico proceso cuya legitimidad ha sido protestada por México y las otras naciones sometidas a escrutinio. El delegado norteamericano negó que su presencia en México tuviera que ver con la certificación en ciernes, y sí con el intento de fortalecer una cooperación bilateral que ha sufrido frecuentes altibajos.
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