Examen de la nieve por rayos X para prevenir las avalanchas Unos investigadores franceses estudian la estructura del manto nevado

Las avalanchas de nieve han causado ya ocho víctimas en Francia desde el principio del invierno, y la subida actual de temperaturas hace temer que en los próximos días se puedan producir más. Unos investigadores franceses analizan en Grenoble la estructura y la dinámica del manto nevado, con la ayuda de radiografías de muestras de nieve, y quizá puedan ayudar a refinar los modelos de previsión del riesgo de avalanchas.

"Todavía sabemos muy poco sobre el mecanismo que desencadena las avalanchas." Los investigadores del Centro de Estudios sobre la Nieve (CEN) del Instituto de Meteorología francés, que trabajan en Grenoble, han aprendido a ser humildes ante la montaña y sus arrebatos mortales. El comportamiento del manto nevado y sus bruscas rupturas, reconocen, siguen planteando enigmas temibles. Para intentar resolverlos han pensado en recurrir a la luz producida por la radiación sincrotrón.La nieve es un material extraordinariamente complejo, mezcla de aire y agua, que puede presentarse en estado sólido (hielo), gaseoso (vapor) o líquido (nieve derretida). Este conglomerado no cesa de transformarse en función de la temperatura, la humedad, el viento, la exposición, la altitud o el relieve sobre el que están depositados los copos. Así, el cristal de nieve formado en las nubes se convierte, al llegar al suelo, en un grano capaz de asumir infinitas formas.

Un sustrato inestable

"La estructura de los cristales, vistos de forma aislada, es muy conocida. Pero no sabemos cuál es la disposición que asumen esos granos entre sí. Y son esas relaciones las que determinan el comportamiento mecánico de la nieve", explica Eric Martin, director del CEN. La temperatura desempeña un papel fundamental en dicho proceso de unión entre los cristales. Cuando es uniforme, los cristales se agrupan entre sí de manera relativamente estable. Por el contrario, una fuerte variación térmica entraña la formación de cubiletes (grandes granos huecos), que constituyen un sustrato inestable y son el origen de numerosas avalanchas.

Los métodos clásicos de análisis de cristales -un sencillo examen con lupa- no ofrecen más que una imagen muy vaga de estos fenómenos. Por esa razón, los investigadores del CEN han decidido someter las muestras de nieve a los rayos X, con el fin de ver su estructura interna en tres dimensiones.

Esta compleja técnica, denominada microtomografía, permite reconstruir, con ayuda de rayos X emitidos por el sincotrón, una imagen tridimensional de las muestras de nieve con una enorme resolución. Las primeras imágenes obtenidas no revelan, ni mucho menos, una disposición rigurosa. Revelan más bien "estructuras irregulares, en las que los puentes de hielo entre los granos siguen caminos tortuosos". De ahí la necesidad de reunir una colección de radiografías lo suficientemente amplia como para representar los mil y un estados de la nieve.

Con todos esos datos, y con la ayuda de programas informáticos, se consigue calcular la estabilidad de la capa de nieve y, por tanto, el riesgo de avalancha, que se clasifica de uno a cinco en una escala válida para toda Europa.Éste y otros estudios realizados contribuyen a enriquecer los modelos de previsión en el Instituto Meteorológico francés. Pese a ello, la prevención de las avalanchas no pasará nunca a ser una ciencia exacta.

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