Economía multa con 10 millones a la gasolinera que echó agua en el gasóleo

La Dirección General de Consumo, dependiente de la Consejería de Economía, ha impuesto una sanción de 10,7 millones a una gasolinera ubicada en Torrejón de la Calzada que vendió gasóleo con aditivos ilegales. Medio centenar de coches que respostaron en ella sufrieron averías. A tenor de los análisis oficiales, el gasóleo de dicha estación presentaba un alto contenido de agua. Torrecal, la empresa propietaria de la gasolinera, dispone de 25 días para abonar la sanción.

La multa, hecha pública el pasado 4 de febrero, es el desenlace del expediente sancionador abierto por la Comunidad contra la gasolinera de Torrecal por servir gasóleo con aditivos ilegales.El caso salió a la luz el pasado mes de julio, cuando la Comunidad descubrió que medio centenar de coches diésel sufrieron la rotura del sistema de inyección tras repostar en la gasolinera de Torrejón de la Calzada, un municipio situado a 30 kilómetros de Madrid por la carretera de Toledo.

La Dirección General de Consumo investigó durante ocho meses las causas de aquel aluvión de averías. Los análisis de los técnicos revelaron que el gasóleo tenía un alto contenido de agua en una magnitud nunca antes descubierta por los inspectores autonómicos. Es posible hallar algún rastro de agua en los depósitos de las gasolineras, pero no en la proporción alcanzada en la estación de servicio de Torrejón de la Calzada, según Consumo.

Averías de un millón

Para recuperar lo pérdido, los afectados se pusieron en manos del abogado Juan Amador Donaire. El letrado aseguró que la adulteración de gásoleo les ha supuesto a los perjudicados unos desperfectos en el motor cuya reparación les costó entre 200.000 pesetas y un millón. Algunos de los perjudicados demandaron a la empresa porque tuvieron que abandonar su actividad profesional durante un tiempo a causa de las averías en sus coches.

La firma implicada es Torrecal 95, con sede en el paseo de Yeserías de Madrid. Su representante, Mario Sáez, declaró a funcionarios de Vigilancia Aduanera, competente en materia fiscal, que "durante el mes de noviembre varios de sus clientes habituales efectuaron quejas en relación a averías que habían tenido en sus vehículos, posiblemente por razón del combustible suministrado en la estación de servicio", según consta en el escrito oficial.

A tenor del relato de Sáez a a los inspectores, "la firma Torrecal procedió, en presencia de los clientes, a efectuar un control con la pasta busca-aguas, dando resultado negativo. Ante el aumento de las reclamaciones de los clientes, extrajeron muestras del gasóleo y lo enviaron al INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial); el resultado del analísis por este organismo es que el gasóleo cumple los requisitos de máximos y mínimos de las especificaciones, pero que aparece un componente ajeno al gasóleo que es un glicol (aditivo usado en barnices)". El análisis del INTA señalaba que se habían hallado restos en dicho gasóleo de un compoente que podía ser un glicol, pero también apuntaba que podía ser agua. Y, en efecto, era agua, según descubrió posteriormente la Dirección General de Consumo.

La presencia de agua no es anormal, aunque en este caso la elevada proporción hallada en los tanques sorprendió a los técnicos. Existen pocas dudas sobre el grado de adulteración del gasóleo. Otra cosa será determinar quién aguó el combustible, si el gasolinero o el proveedor, aspectos en los que no entra Consumo, que simplemente ha sancionado la falta grave de la venta de combustible en mal estado.

La estación de servicio de Torrejón de la Calzada se halla cerrada en estos momentos, según la Guardia Civil. Además, Torrecal 95, la sociedad responsable de la gasolinera, está en proceso de disolución, según los datos registrales. Mientras esta empresa desaparece de la escena, la policía investiga a alguno de los proveedores que tuvo en los últimos años.

Los surtidores aprueban

Los surtidores de las 800 gasolineras de la región han aprobado durante el pasado año 1999, a la vista de las inspecciones periódicas realizadas por los técnicos e inspectores de la Comunidad de Madrid. Según estos análisis, a lo largo del pasado año se han descubierto una decena de anomalías menores que han acarreado expedientes sancionadores "leves". En ningúno de los casos se han hallado infracciones graves.

Estos datos contrastan con los de 1998. Ese año se descubrieron graves irregularidades en los contadores, que habían sido manipulados en al menos 30 estaciones de servicio. Este fraude de las gasolineras salió a la luz cuando se publicó un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios que detectaba mermas de hasta un 7% en el combustible servido en una serie de estaciones de servicio de Madrid.