La ministra de Haider sufre el primer desplante de sus colegas de la Unión Europea en Portugal
La viceprimera ministra belga y titular de Trabajo, Laurette Onkelinx, propuso ayer en Lisboa la revisión del Tratado de la Unión Europea (UE) con el objetivo de endurecer las sanciones a los Estados miembros, incluida su expulsión de la comunidad, en el caso de que no respeten los valores básicos de la UE, especialmente la lucha contra el racismo y xenofobia. Las ministras belga y francesa abandonaron la reunión informal de ministros comunitarios de Empleo y Asuntos Sociales, celebrada en Lisboa, cuando tomó la palabra la ultraderechista austriaca Elisabeth Sickl, miembro del Partido Liberal de Jörg Haider.
La viceprimera ministra belga afirmó que la próxima Conferencia Intergubernamental (CIG), que se abrirá el día 14 en Bruselas, debe revisar los artículos 6 y 7 del Tratado para endurecer el régimen de vigilancia y sanciones a los Estados miembros que no respeten los principios fundamentales de la UE. A su juicio, "el dispositivo previsto es difícil de aplicar", motivo por el cual considera necesario y urgente abordar esa modificación. "Actualmente sólo está prevista la suspensión del derecho al voto como medida preventiva, pero debemos llegar hasta la exclusión", dijo la responsable belga.Laurette Onkelinx afirmó que, en nombre de su Gobierno, ha querido subrayar que "es intolerable" la participación de un grupo de extrema derecha en un Ejecutivo de la UE. Por su parte, la ministra francesa Martine Aubry, hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, no quiso pronunciarse sobre la propuesta belga, al considerar que debe adoptarse al más alto nivel en París, pero se sumó a la "condena y reprobación sobre lo que está sucediendo en Austria". Durante su intervención ante el Consejo informal de Ministros, Aubry citó algunas notas escritas por Stefan Zweig en 1942 sobre la "suavidad" con que el nacionalsocialismo fue implantándose en Europa en los años treinta sin mostrar "su verdadera cara".
Aubry explicó que la "Europa de hoy, por voz de Prodi, así como por el presidente de turno de la UE, António Guterres, Francia, por la voz de su presidente, Jacques Chirac, y de su primer ministro, Lionel Jospin, y de otros países europeos ha denunciado la participación en el Gobierno austriaco de una extrema derecha racista y xenófoba. Han dado pruebas de su extrema vigilancia y hecho saber las consecuencias que podrían deducirse de esta situación".
En una conferencia de prensa conjunta, las dos ministras elogiaron la intervención inicial del anfitrión portugués, Ferro Rodrigues, quien destacó los valores que caracterizan el proyecto europeo como la libertad, el humanismo, la democracia y el combate a la exclusión social y a todo tipo de discriminación. "La Europa social", dijo, en clara alusión a Austria, "exige cada vez más vigilancia frente a los actos de omisión, más determinación en los combates por la afirmación de la democracia y por la exclusión del racismo y de la intolerancia, y más firmeza frente a la demagogia populista que tantas veces ha escondido el totalitarismo".
Por su parte, el ministro español de Trabajo y Asuntos Sociales, Manuel Pimentel, expresó su rotundo apoyo a la declaración realizada por el presidente de la reunión, el portugués Ferro Rodrigues, y defendió el compromiso de toda la UE para reforzar los pilares básicos que deben sustentar la Europa del futuro, con especial atención en la lucha contra la intolerancia y cualquier tipo de exclusión social. Sobre la propuesta belga de una posible expulsión de Austria, Manuel Pimentel eludió pronunciarse sobre el asunto alegando desconocer su contenido exacto.
A raíz de la citada propuesta, un portavoz de la Comisión Europea reconoció ayer en Bruselas que la posibilidad de revisar el tratado de Amsterdam ya ha sido abordada en las reuniones preparatorias para la reforma de las instituciones europeas. "La necesidad de hacer más operativos", dijo, "los artículos 6 y 7 del Tratado ya ha sido mencionada en los últimos días por los miembros de la comisión encargada de preparar la próxima CIG". En su opinión, diversas disposiciones jurídicas podrían ser accionadas para "imponer una cuarentena política" a aquellos países que violen los principios básicos de la UE, especialmente contra aquellos que defienden ideas racistas o xenófobas.
Facilitar la expulsión
Durante una conferencia de prensa, la ministra austriaca calificó de "exagerada" la propuesta belga de facilitar la expulsión de los Estados miembros de la UE y apeló al "diálogo" como único medio para resolver los problemas. Procedente de un partido pseudoecologista de extrema derecha y actualmente en el filonazi Partido Liberal de Jörg Haider, Elizabeth Sickl afirmó a los periodistas que el programa de su grupo es "completamente democrático" y añadió que el nuevo Gobierno austriaco "está dispuesto a cooperar" con la comunidad europea. Sickl se autocalificó de "democrática, tolerante y orgullosa de participar en la construcción europea".
La ultraderechista dijo no haber interpretado como "una provocación" contra Austria los discursos y gestos materializados por las ministras belga y francesa y la intervención inaugural del anfitrión portugués.
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