Un 33% del beneficio sale de la UE
La Comisión Europea conoce bien a la compañía Microsoft por los casos que ha abierto en el pasado para evitar problemas de competencia en el sector de la informática y de la navegación por Internet. La multinacional norteamericana, fundada en 1975 y establecida en Redmond (Washington), se ha convertido en menos de una década en el principal creador, fabricante y suministrador de programas informáticos para ordenadores personales a nivel mundial.
Más de un tercio de sus beneficios se generan en la Unión Europea y sus productos se utilizan en cientos de millones de ordenadores personales en el planeta. "Domina el mercado y no tiene competidores", afirman fuentes del Ejecutivo comunitario.
Bruselas ya decidió en 1993 iniciar una investigación contra la multinacional de Bill Gates a raíz de una denuncia presentada por Novell -entonces el segundo fabricante mundial de programas para PC- sobre la concesión de licencias a los fabricantes de ordenadores personales para que instalaran su programa.
Novell aseguraba que Microsoft impedía "mediante ciertas prácticas anticompetencia" que los competidores pudieran vender sus productos informáticos. Los fabricantes debían pagar a Microsoft un importe basado en el número de ordenadores vendidos, con o sin su programa preinstalado.
Para abordar este caso, la Comisión Europea mantuvo un estrecho contacto con las autoridades norteamericanas, que tenían abierto un proceso en paralelo. El entonces comisario de la Competencia, Karel van Miert, recibió compromiso de la parte de Microsoft de modificar sus prácticas de licencia.
Otro caso que se negoció entre Bruselas y la firma de Redmond fue el procedimiento abierto en 1997 sobre los acuerdos de Microsoft con los suministradores de servicios para Internet europeos. La compañía norteamericana imponía volúmenes de distribución mínimos y la obligación de promover exclusivamente productos que utilizaran su navegador por la red, el Internet Explorer.
Microsoft presentó ante las autoridades de la Competencia una nueva versión de los acuerdos que recibió, en mayo del pasado año, el visto bueno de Van Miert. Pero la Comisión Europea no se pronunció entonces sobre el comportamiento general de Microsoft y la eventualidad de un abuso de posición dominante.
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