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SERVICIOSEL ALCALDE ADMITE QUE NO QUEDA TIEMPO PARA CONSENSUARLA

El PP aprueba en solitario la contrata de basuras de Alicante y anuncia que la mejorará

El PP no consiguió ayer que los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Alicante respaldaran el pliego de condiciones de la contrata de basuras que regirá el servicio público más importante de la ciudad hasta el año 2012. Tras apenas hora y media de debate, los populares aprobaron en solitario las bases de una adjudicación que sobrepasará los 80.000 millones de pesetas. PSPV y EU salieron derrotados en una votación que forzaron para retirar del pleno el asunto, pero consiguieron arrancar al alcalde el compromiso de mejorar la contrata a golpe de alegaciones.

La limpieza viaria y recogida de residuos sólidos es el servicio público que, cualitativa y cuantitativamente, más incide en la ciudadanía. La calidad de vida de un municipio depende en buena medida de su limpieza, apartado que suele suponer la segunda partida más elevada en el capítulo de gastos de los presupuestos municipales.Con estas premisas, los partidos de la oposición del Ayuntamiento de Alicante, PSPV y EU, pidieron ayer al PP que, antes de hipotecar las arcas locales para los próximos 12 años, hicieran un esfuerzo por consensuar la contrata. Eso implicaba crear una comisión especial para especificar el trabajo de la empresa adjudicataria del servicio, y fijar criterios objetivos para puntuar las ofertas que reciba el concurso público, cuestiones que el equipo de gobierno se negó a asumir con la excusa de que "no hay tiempo" para negociaciones. El contrato con la actual adjudicataria finaliza el 30 de junio, por lo que antes de esa fecha el consurso debe estar resuelto.

Rechazado el aplazamiento del debate con ese argumento, la oposición se prodigó en detallar las anomalías detectadas en el pliego del concurso, que no asume las directrices del Plan Nacional de Residuos ni la directiva europea sobre medio ambiente y recogida selectiva de residuos. Además, el servicio variará del centro de la ciudad a los barrios de la periferia o las pedanías, de forma que las calles de los dos últimos no serán baldeadas con regularidad ni serán sometidas a procesos de barrido manual. Se marcan, de esta forma, diferencias entre la frecuencia y calidad de la limpieza pública según las zonas del término municipal, y el concurso no entra en la necesidad de eliminar el centenar de escombreras ilegales que hoy existen en el término municipal.

La retahíla de deficiencias no hizo cambiar de ideas al PP. Lejos de modificar su postura, el concejal de Servicios, Pablo Suárez, señaló que la oposición "no ha sacado ninguna cosa excesivamente grave" del análisis de la contrata. Suárez dijo que no se baldearán los barrios por la escasez de agua, que la recogida selectiva se aplicará "cuando proceda", y que la necesidad de aprobar el concurso con premura impedía ajustar las bases al Plan Nacional de Residuos, elaborado por la ministra Isabel Tocino.

Con argumentos tan poco convincentes, el propio alcalde, Luis Díaz Alperi, se vio forzado a intervenir, y lo hizo con un compromiso de mejorar el concurso durante el periodo de exposición pública, a golpe de alegaciones, e invitó a la oposición a trabajar en esa línea.

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