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Reportaje:

La UNED, a punto de completar su red de 'videoaulas' en Andalucía

Javier Arroyo

Educación online con cara y ojos. La educación a distancia ya no tiene porque ser una educación ciega. La videoconferencia permite al profesor ver la cara de sus alumnos; a su vez, éste ya no es para los estudiantes sólo un nombre sobre la portada de un manual. La experiencia que la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) comenzó en Cádiz en el curso 1994-95, cuando instaló la primera sala de videoconferencias, está a punto de completarse en Andalucía. Sólo Córdoba y Sevilla quedan por sumarse al carro de las clases con profesor a distancia virtual. Desde ayer, los estudiantes del centro asociado de la UNED en Málaga cuentan con una nueva sala de videoconferencias, donde podrán asistir a las videoclases. Sobre un gran monitor de televisión, una cámara de video con forma de ojo les apunta. Al otro lado de la línea telefónica, otro monitor y otra cámara apuntan al profesor. Esos elementos, más un micrófono y una línea de teléfono de alta velocidad, son los encargados de traer desde Madrid -sede central de la UNED- las enseñanzas de los profesores titulares de las diversas asignaturas y carreras.

En Andalucía existen nueve centros asociados de la Universidad a Distancia y cada uno de ellos cuenta con centros extensiones. El plan de la UNED es dotar al menos cada sede principal con un aula de videoconferencias. En Andalucía, todos los centros asociados cuentan ya con el instrumental necesario. Sólo algunos problemas de espacio hacen que Córdoba y Sevilla no tengan sus videoaulas disponibles. En Córdoba, la búsqueda de una nueva sede, que probablemente se encontrará antes de que acabe este curso escolar, ha retrasado la instalación. En Sevilla, también una mudanza próxima tiene a los aparatos, que yan han llegado al centro, a la espera de su instalación.

Dos millones por aula

Además de los tres elementos básicos -monitor, cámara y micrófono- otros algo más complicados permiten, más allá de sólo ver y oír al profesor, mostrar imágenes de libros o de ordenador, apuntes, transparencias, etc. El coste de un aula de videoconferencias como la de Málaga, de alta calidad, ronda los dos millones de pesetas.

Los alumnos a distancia acuden normalmente a tutorías de una hora semanal por asignatura. La explicación la imparten los profesores tutores, generalmente profesores de enseñanza secundaria o profesionales de la zona. Con la introducción de las videoconferencias, estos tutores pueden, en casos de especial dificultad de la materia o cuando les parezca oportuno, solicitar a los profesores titulares la explicación correspondiente.

Es evidente que las mayores dificultades llegan siempre antes de los exámenes. Por eso, la demanda de este sistema de clases presenta puntas y valles. La punta, el periodo de mayor utilización, es el mes anterior a las pruebas de evaluación. Por el contrario, el sistema descansa en las semanas que siguen a este periodo. En la presentación de la nueva sala malagueña se apuntó la posibilidad de usar estos medios audiovisuales para la reclamación de exámenes. Sin embargo, aunque la idea puede parecer práctica a quienes nunca están contentos con sus notas, desde la sede de Madrid descartan este uso.

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La videoclase tiene muchas variantes: unipunto, o conexión entre dos sedes y multipunto, en la que hasta un máximo de 13 centros pueden conectarse para atender las lecciones que se ofrecen desde Madrid.

La Diputación de Málaga pretende firmar convenios con algunos municipios de la provincia que permitan mantener también videoclases entre la sede de la UNED de Málaga y los distintos ayuntamientos. Para más adelante quedarían las clases videopersonalizadas; es decir, las sesiones entre un tutor en el centro asociado y un alumno desde el ordenador de su casa. Los alumnos podrán así acudir a clase arreglados sólo de cintura para arriba.

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