Aznar advierte de que el PSOE e IU pueden tener un programa oculto
El presidente del Gobierno, José María Aznar, escenificó anoche en León el mitin prototipo de esta primera fase de su precampaña. Enumeró sus logros de gestión, se comparó siempre entusiastamente con respecto a la labor de los Gobiernos socialistas, se mofó del acuerdo entre el PSOE e IU y del candidato Joaquín Almunia y sembró dudas sobre la existencia de un pacto oculto entre estos dos partidos.
El presidente no desaprovechó la ocasión, en un discruso de 44 minutos, inusualmente largo, para insinuar que detrás de las presuntas contradicciones programáticas del pacto entre PSOE e IU puede haber un "programa oculto". Y dio la voz de alarma ante ese riesgo: "Lo mismo que se entró en el euro se puede salir".Aznar se llevó su primer contratiempo ayer en León, antes de llegar al mitin en un pabellón polideportivo en el que le esperaban más de 4.000 simpatizantes. Una delegación de la empresa Antibióticos, que ha sufrido una regulación de 222 empleos, se presentó en el Hostal de San Marcos para reclamar una audiencia con el jefe del Ejecutivo. Se les aclaró que Aznar no recibe a nadie cuando va de mítines por provincias y fueron escuchados por el presidente regional, el también popular Juan José Lucas. A la salida del parador, los representantes de esa empresa le saludaron y le entregaron en mano un manifiesto. Ya en el pabellón le recibieron con peores modos, con gritos, consignas y pancartas. Había más de 500 personas en la puerta y no sólo de esa empresa. También de la asociación de afectados de la colza y de la que defiende los derechos del pueblo saharaui. A la salida del acto, Aznar fue despedido de la misma manera.
Aznar, al inicio del mitin, reclamó a los leoneses, a los que le escuchaban y a los que esperaban para pitarle, que dejasen de llorar y de quejarse y se dispusieran en una actitud más ganadora como la suya. No explicó cómo.
Promesas
En su apartado de promesas para el futuro, Aznar prometió arreglar el defecto que supone la ausencia de un aeródromo local y pugnar en el seno de la Unión Europea, y de los nuevos programas aeronáuticos acordados con la participación de CASA, para que la futura escuela de pilotos europeos tenga su sede en León.
En el discurso, Aznar no olvidó desde luego referirse a las posibles consecuencias de que sus políticas no se lleven a efecto en la próxima legislatura. Primero alertó sobre que todas las políticas no son iguales pero para subrayar que mientras las suyas crean empleo y facilitan la entrada en el euro de España en 16 meses hay otras políticas malas: "Igual que se llegó al euro se puede salir del euro; los que fueron incapaces de llevarnos al euro serán incapaces de mantenernos".
En ese capítulo de "hechos, realidades, datos, circunstancias sin adjetivos" y no "proclamas de ningún candidato", Aznar presumió de la bajada de impuestos aplicada por este Gobierno. Pero hasta esa medida le sirvió para atacar al PSOE: "Ese billón de pesetas que antes se quedaba la Hacienda pública ahora está en los bolsillos de los españoles".
Fue el momento que eligió para recordar la pasada etapa socialista donde afloraron varios escándalos y corrupciones. Aznar tomó prestada la conmoción creada recientemente con la caída de los aerolitos para ironizar sobre que entonces también caían escándalos diariamente.
Seguridad Social
Y volvió también sobre uno de los asuntos recurrentes de la campaña del PP. Aznar rememoró que cuando llegó al Gobierno la Seguridad Social estaba en quiebra, "no tiritando sino moribunda", y ahora "los mismos que la dejaron así ahora discuten qué hacer con su superávit, para ver cómo se lo gastan, como lo malgastan y cómo se lo llevan".
Aznar, finalmente, volvió a descalificar el acuerdo de investidura logrado entre PSOE e IU y recurrió al sarcasmo para reiterar su visión catastrófica tanto de las primarias socialistas, como de la alianza socialcomunista. Fue así cómo bromeó sobre la cantidad de programas políticos presuntamente contradictorios que alberga esa alianza y cuando planteó al público con qué propuestas debía debatir. Aznar insinuó así que también era posible que "el verdadero programa no lo hayan enseñado, lo tengan oculto en un cajón, por algo". Y cuantificó sus repercusiones económicas ya en cuatro billones.
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