_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Explosión xenófoba

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

No es la primera vez que en El Ejido -la localidad almeriense que concentra una importante población de inmigrantes magrebíes dedicados a faenas agrícolas- un hecho luctuoso cometido por uno de ellos deriva en reacciones violentas contra el colectivo entero. Se trata de una forma de comportamiento xenófobo -responsabilizar a los otros en su conjunto de lo que ha hecho uno de ellos-, que comienza a ser una constante en aquellas zonas en las que la presencia de inmigrantes es superior a la media en nuestro país, sea en Terrassa (Barcelona) o en los también almerienses campos de Níjar, por poner dos ejemplos.En esta ocasión, la muerte de una mujer tras ser apuñalada por un joven inmigrante que intentó robarle el bolso ha desencadenado en El Ejido una secuencia de violencia contra la población inmigrante y sus modestas propiedades (vehículos y comercios), sin que hayan faltado actos del más más puro pillaje. Es lógico que, ante la muerte de una conciudadana, los habitantes de la localidad muestren su inquietud, reclamen más medidas de seguridad y exijan la aplicación de la ley. Pero resulta deplorable que ciudadanos responsables y normalmente pacíficos se dejen arrastrar por grupos violentos que, poniéndose al frente de la manifestación, hacen derivar la protesta social por derroteros racistas y xenófobos, condenables desde todos los puntos de vista. Seguramente, muchos de estos ciudadanos ya se habrán arrepentido de lo que hicieron en la noche del sábado contra algunos de sus vecinos sólo porque son inmigrantes o tienen relación con ellos.

Más información
Cientos de vecinos de El Ejido atacan a los inmigrantes y destrozan sus locales

En estas situaciones, lo exigible, en primer lugar, es que la justicia actúe con rapidez y haga notar su presencia a una población que se siente inquieta. Y así se hará con el presunto homicida de la joven, ya detenido. Pero los poderes públicos no deben permanecer paralizados frente a quienes, tomando pretexto en un hecho dramático pero individual, arremeten con saña contra otras personas cuyo único delito es compartir país de nacimiento con el agresor. Por ello resulta inexplicable que todavía no haya ni un solo detenido entre quienes agredieron a los inmigrantes o al subdelegado del Gobierno.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Lo sucedido en El Ejido constituye un aviso muy serio, uno más, sobre los riesgos de explosión xenófoba y racista que se ciernen sobre ámbitos sociales que, por necesidades de mano de obra, exigen una convivencia masiva de personas de vida y cultura distintas. Los poderes públicos deberían estar más atentos, optando claramente por políticas de integración social del inmigrante y sin dar la más mínima cobertura a los grupos ideológicos que hacen bandera del odio al otro. Austria, ahí al lado, es un peligroso ejemplo. La inmigración masiva es un fenómeno todavía relativamente reciente en nuestro país, pero los españoles debemos esforzarnos por aprender a convivir en una sociedad cada día más multirracial.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_