Cientos de vecinos de El Ejido atacan a los inmigrantes y destrozan sus locales
Cientos de personas, muchas de ellas armadas con barras de hierro y palos, encabezaron este fin de semana en El Ejido (Almería)la más grave reacción vandálica de acoso y hostigamiento registrada en España contra inmigrantes. La violencia racista, desatada tras el asesinato, el sábado, de una mujer de 26 años y la posterior detención como supuesto autor del crimen de un joven perturbado de 20 años de origen magrebí, se prolongó todo el día de ayer y no respetó siquiera el funeral por Encarnación López Valverde, celebrado en la iglesia de Santa María del Águila, donde el subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, fue brutalmente golpeado.
La oleada de vandalismo racista sin precedentes se inició a las once de la noche del sábado y continuaba en la madrugada de hoy, cuando un grupo de vecinos incendiaba la fachada de una vivienda en cuyo interior había siete inmigrantes, dos de ellos adolescentes, que lograron huir por el balcón del primer piso con ayuda de la Guardia Civil. Simultáneamente, una veintena de aterrorizados magrebíes acudían a la comisaría de policía a pasar la noche después de que sus hogares fueron asaltados. Veinticuatro horas antes, también de madrugada, los actos de vandalismo se habían concentrado en quemar coches y destruir establecimientos y locutorios telefónicos propiedad de ciudadanos extranjeros. Luego, en la mañana del domingo, cuando la policía creía que controlaba la situación, cientos de vecinos, los mismos que mantenían cortadas las carreteras de acceso a la población, volvían a apedrear y atacar con palos, barras metálicas y bates de béisbol a inmigrantes acorralados. Los incidentes resurgieron ayer tarde, durante el funeral por la mujer apuñalada. El subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, se vio atrapado por los exaltados. Lo tiraron al suelo y lo patearon. El resultado de 24 horas de disturbios fue de 22 heridos, sin contar los que pudiera haber anoche, y ningún detenido. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ha ordenado el envío de refuerzos policiales para impedir que grupos racistas vuelvan a tomarse la justicia por su mano
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