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EL JUICIO POR EL 'CASO LASA-ZABALA'

Un testigo dice que le contaron que guardias civiles mataron a los etarras

P. C., el testigo protegido 1964-S en el caso Lasa-Zabala, declaró ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que el guardia civil Lorenzo Bárez le contó en Guatemala en 1996 que sus compañeros del área antiterrorista del Servicio de Información del Cuartel de Intxaurrondo secuestraron y asesinaron a los etarras. El testigo aseguró entre sollozos y llanto contenido que el 8 de noviembre de 1996 fue violado con una barra de hierro y quemado con cigarrillos por haber declarado en este proceso.

P. C. señaló que fue militar profesional durante 10 años a partir de 1978 y que era instructor de boinas verdes en Infanteria de Marina, en Cádiz y que también colaboró con el Cesid.El testigo afirmó que vivió durante unos meses, entre febrero y junio de 1996, en un apartamento de Guatemala con el teniente de la Guardia Civil Lorenzo Bárez, que por aquellas fechas era coordinador de seguridad en la Embajada de España en Guatemala. Añadió que estaban viendo la televisión, cuando en el Canal 28 informaron que en España se seguía un proceso por las muertes de Lasa y Zabala. Bárez, que había estado destinado en uno de los grupos antiterroristas del Servicio de Información del cuartel de Intxaurrondo (Guipúzcoa), le informó que eso lo habían hecho "ellos", es decir, que ese servicio había secuestrado y asesinado a los dos etarras, pero sin dar ningún nombre en concreto. Según el testigo, Bárez alardeó de haber intervenido en muchas acciones de la guerra sucia contra ETA.

Este testimonio es de referencia, pero aunque se pudiera demostrar que Bárez se lo contó tendría escasa transcendencia al tratarse de referencias genéricas, sin que se identifique a ninguno de los autores.

El testigo explicó que en 1995, un mando del Cesid al que conocía de la infancia, Fernando Rojas, le encargó que espiase al coordinador de seguridad en la Embajada de España en Guatemala, por entender que su actuación ponía en peligro la cordial relación entre ambos estados. El abogado Jorge Argote puso en entredicho esa versión al destacar que es imposible que en octubre de 1995 le encargasen vigilar a Bárez, ya que éste llegó a Guatemala en enero de 1996. 1964-S matizó que al que tenía que espiar era al coordinador, pero sólo después supo que era Bárez.

Barra de hierro y cigarros

El testigo se emocionó cuando, a preguntas del fiscal, revivió la noche del 8 de noviembre de 1996, cuando fue secuestrado a punta de pistola y violado con una barra de hierro en una playa de Cádiz. También le torturaron apagando una veintena de cigarrillos en su cuerpo. "Se encargaron de que estuviera deseando la muerte durante mucho tiempo", afirmó. Finalmente le dejaron libre aunque esposado. En Cádiz se sigue un proceso en el que Bárez figura como imputado.

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