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EL RUMBO DE LA POLÍTICA MONETARIA

EEUU se decide por una mínima subida de los tipos de interés para prevenir la inflación

La Reserva Federal (banco central) de EEUU, por una vez, se ajustó al guión anticipado al adoptar ayer una subida de un cuarto de punto en los tipos de interés (se había especulado con la posibilidad de una subida de medio punto), un salto para el que los mercados de valores ya habían adelantado. El crecimiento imparable de la economía del país y el temor a que los indicadores disparen en cualquier momento la inflación ha impulsado una subida de tipos que, según los analistas, puede completarse con cuatro incrementos similares en los próximos cinco meses.La subida llega cuando la economía de EEUU cumple 107 meses seguidos en periodo de expansión. La Reserva Federal sube un 0,25% los tipos de interés, que quedan en el 5,75% -el nivel más alto de los últimos cuatro años- y aplica la misma subida a los tipos de descuento, que pasan al 5,25%. Para los consumidores la subida significará que los préstamos hipotecarios que conceden los bancos pasen del 8,5% al 8,75%.

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La Reserva Federal sentó las bases para futuras subidas al mostrar su preocupación "por un crecimiento rápido de la economía que puede crear desequilibrios inflacionistas y entorpecer la expansión". La próxima reunión es el 24 de marzo. Sin embargo, Alan Greenspan, presidente de este organismo, podía haber promovido por una subida de medio punto -algo que no ha hecho en los últimos cinco años- si las sospechas inflacionistas hubieran sido irrefutables, lo que, según los expertos, no parece ser el caso. En diciembre la Reserva Federal había dejado pasar la oportunidad de retocar los tipos ante el temor de que eso sumara más tensiones a la preocupación generada por el efecto 2000.

Tan esperada era la subida que Alan Greenspan prácticamente la justificó la semana pasada en una comparecencia en el Capitolio: "Es nuestro deber crear unas condiciones financieras idóneas para que la expansión económica y la revolución financiera prosigan de forma tan vigorosa como ahora", dijo entonces Greenspan, al tiempo que renovó sus temores a que la inflación se le escape de las manos. Aunque la Reserva Federal prefiere guiarse por el indicador de precios que excluye las variaciones en alimentos y energía, situado en un 1,9% en 1999, el IPC de EEUU llegó al 2,7% en el año pasado, el mayor desde 1996.

Además, varios datos conocidos en los últimos días avalan el miedo a un repunte de la inflación. Por un lado, los salarios y los beneficios crecieron un 1,1% en el cuarto trimestre de 1999, bastante más de lo que se esperaba. Los costes laborales registraron la mayor subida en ese trimestre desde 1993. Dado que la tasa de desempleo está en un mínimo histórico (4,1%), la escasez de mano de obra conlleve un aumento de los salarios para captar empleo. De ahí a un incremento de la inflación hay un camino muy corto; por eso Greenspan llegó a sugerir la semana pasada que se relajen las leyes sobre inmigración para permitir la entrada de más mano de obra en EEUU.

Por otro lado la Reserva Federal es consciente de que algunos de los factores que han mantenido en niveles bajos la inflación de EEUU han comenzado a desaparecer: Resurgen las maltrechas economías asiáticas, suben los precios de los carburantes y, a pesar de los esfuerzos de Bill Clinton, también es imparable la subida de los costes sanitarios en el país. Y por si fuera poco, el PIB sigue estando medio punto por encima del 3,5% anual que Greenspan desea. De ahí la seguridad de los analistas de que esta sea la primera de cuatro subidas en porcentajes similares antes de que llegue el verano.

En su comparecencia de la semana pasada y en el comunicado que acompañó a la subida de tipos, Greenspan mostró su preocupación por inminentes desequilibrios entre la oferta y la demanda. Según el presidente de la Reserva Federal, la tasa de consumo es tan elevada que a este ritmo pronto puede haber problemas para producir todos los bienes y servicios que exige la demanda. Si la oferta no puede mantener el ritmo, dijo Greenspan, "se puede lograr un equilibrio mediante una subida de los tipos de interés a los que se presta el dinero".

Sin embargo en la subida de tipos hay otro temor no oculto de algunos miembros de la Reserva Federal, incluido Greenspan: que la bonanza económica degenere en una especulación excesiva de valores tecnológicos. El altísimo nivel de confianza del consumidor -parámetro sagrado para los economistas de EEUU- y el crecimiento estratosférico de algunas compañías tecnológicas puede impulsar a los inversores a operaciones de alto riesgo en las bolsas.

Por otra parte, Alan Greenspan se va a convertir en el presidente de la Reserva Federal que más tiempo ocupe ese cargo: el Senado aprobó por unanimidad su designación para un nuevo periodo de cuatro años, el cuarto para este economista de 72 años que ocupa el mismo despacho desde 1987.

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