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Crítica:FLAMENCO - VIII FESTIVAL CAJA MADRID
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El diálogo intemporal

Primer concierto del festival y primer lleno. Madrid responde al arte jondo. Siempre lo ha hecho, casi desde los principios del cante. El resto está también vendido, casi al completo.En esta primera sesión falló La Paquera, pero en su lugar estuvo Mercé con Moraíto, y ya sabemos el tirón que estos dos gitanos jerezanos tienen. Cantando y tocando por derecho, forman una pareja de esas que se citan como ejemplo por su perfecta compenetración. En definitiva el cante es un diálogo entre voz y guitarra, un diálogo sin tiempo ni espacio, pero emocionante siempre que esté hecho a flor de alma.

Los tres cantaores de anoche en el Albéniz dieron excelentes lecciones de lo que tal diálogo debe ser: Mercé con Moraíto, lo que no es ningún descubrimiento; Poveda con un joven José Antonio Chaparro, desconocido en Madrid pero evidentemente con mucho que decir a la guitarra; y Estrella Morente con su tío Pepe Montoyita, no en vano éste ha formado a la joven cantaora desde su niñez, guiándola al arrimo de su toque desde sus primeros escarceos con el cante.

VIII Festival Flamenco de Caja Madrid

Cante: José Mercé, Miguel Poveda, y Estrella Morente. Toque: Moraíto Chico, José Antonio El Chaparro, y Montoyita. Teatro Albéniz. 1 de febrero. Lleno.

Buen cante y buen toque, un entendimiento siempre funcional, en todo momento válido y en ocasiones magistral. El maestro Mercé es sin duda un magnífico referente para los jóvenes cantaores que le acompañaban esta noche. Los grandes cantes los mantuvo grandes; en soleares y siguiriyas, espléndido.

Miguel Poveda sigue en su línea de arco amplio melódico, con cantes muy elaborados y racionalizados. Todo lo que hizo fue superior, aunque en la malagueña del Mellizo logra siempre alturas insospechadas. Y un fandango caracolero de los que queda acuñado en la memoria.

Y Estrella Morente, brillante, cada vez más segura en el mundo del espectáculo, al que se ha asomado hace tan poco tiempo. Tiene belleza, tiene el ángel de las voces femeninas con jundora, y en los cantes que hace más ortodoxamente se acuerda de gente como La Niña de los Peines. Arropada por miembros selectos de su familia -el citado Montoyita, sus tíos Antonio Carbonell y Ángel Gabarre- Estrella es una flamenca con todas las papeletas artísticas a favor de su futuro. Es ya una realidad en el presente. Puede ser la voz femenina que estaba faltando desde hace ya años en el cante flamenco.

Anoche el ambiente flamenco en el Albéniz se palpaba. Madrid sigue en la brecha, y este festival es un ejemplo del camino a seguir.

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