El peso de Lizarra en Guipúzcoa
La composición de los gobiernos municipales de Guipúzcoa refleja fielmente la fractura que produjo la firma del Pacto de Lizarra entre el mundo nacionalista y el resto de los partidos políticos, hasta el punto de que en ningún municipio guipuzcoano existe un acuerdo entre formaciones de uno y otro lado de esa frontera.La división se extiende en todo el territorio, pese a que en algunos ayuntamientos se produjeron aproximaciones, básicamente entre el PSE-EE y PNV-EA, durante la conformación de los acuerdos de gobierno. Los casos más llamativos fueron los de San Sebastián e Irún, las dos ciudades más pobladas de la provincia. En ninguno de los dos casos prosperaron los intentos de los alcaldes socialistas Odón Elorza y Alberto Buen, quienes tuvieron que recurrir al PP para asegurarse la mayoría absoluta. A la inversa, tanto EH como PNV-EA han procurado entenderse entre sí para evitar acuerdos parciales con socialistas o PP.
EH es la formación con mayor número de alcaldías (32) y gobierna con mayoría absoluta en localidades tan significativas como Mondragón, Hernani, Pasaia, Astigarraga y Oiartzun. De ellas, la coalición abertzale sólo gobernaba en solitario en Oiartzun hasta las pasadas municipales, pero la ruptura del tripartito PNV-EA-PSE, junto a sus resultados electorales, le han permitido recuperar las alcaldías en las tres primeras y arrebatarle Astigarraga a EA. Además, EH se apoya en los nacionalistas moderados para regir con mayoría simple en Tolosa y Andoain. Su penetración se acentúa en pueblos de menos de 1.000 habitantes, donde posee el 90% de alcaldías.
El PNV y EA
El PNV y EA, que suman entre ambos 31 alcaldes, tienen mayoría absoluta en algo más de la mitad de ellos, muchos de los cuales también son ayuntamientos modestos, salvo Azkoitia, Oñati o Hondarribia. Allí donde necesitan el respaldo de algún partido de la oposición, los nacionalistas encuentran acuerdos puntuales con EH, como ocurre por ejemplo en Bergara, Beasain, Elgóibar o Zumárraga.
El único municipio donde este pacto tácito ha saltado por los aires es Zarautz, donde EA y PNV no suman tantos concejales como EH, el PSE y el PP. La convivencia municipal con la formación radical era razonable hasta el pasado miércoles, cuando el ex alcalde Antonio Alberdi fue agredido en un tumulto originado tras rechazar el pleno una moción de EH a favor de la reapertura de un gaztetxe y aprobar una condena del último atentado.
La radiografía de los pactos no presenta ningún caso atípico, salvo la alianza que impera ahora en Rentería, un municipio gobernado desde la restauración democrática por los socialistas. Al comienzo de este mandato, el alcalde, Miguel Buen, incorporó a IU al equipo de gobierno y rige con mayoría minoritaria hasta que esta semana se ha enzarzado en una discusión con el PP sobre si han cerrado o no un acuerdo de apoyo externo.
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