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El presidente austriaco amonesta a Haider por sus críticas a Chirac

El presidente federal de Austria, Thomas Klestil, amonestó con dureza al presidente del Partido Liberal (FPÖ), el populista de derecha Jörg Haider, por su "descarrilamiento verbal" en sus ataques contra el presidente francés, Jacques Chirac, y sus comentarios sobre el Gobierno de Bélgica. Klestil advertirá hoy al partido de Haider de que debe utilizar otro lenguaje si pretende entrar en el Gobierno. La dirigente del FPÖ Susanne Riess-Passer replicó a Klestil que debería de ocuparse de defender a Austria en vez de criticar a Haider.

El rifirrafe verbal comenzó el sábado en las montañas nevadas de Carintia, con banderas y globos (del color del FPÖ: azul) al viento. Unos 2.000 seguidores celebraron los 50 años que el pasado día 26 cumplió su líder, Haider. Primero arremetió contra el presidente francés, Jacques Chirac, que había pedido medidas de la Unión Europea contra la entrada en el Gobierno austriaco del FPÖ. Haider proclamó que Chirac no sabe de lo que habla y añadió: "Chirac durante su mandato ha hecho mal casi todo lo que puede hacerse mal y por eso pierde electores". Metido en faena, Haider aprovechó para soltar una andanada contra el Gobierno belga, que también criticó las negociaciones de coalición en Austria. Según Haider, lo mejor que puede hacer Bélgica es callarse, porque "Austria tampoco exige la disolución de un Gobierno corrupto en Bélgica, contra el que los padres tienen que salir a la calle porque tienen miedo a que el Gobierno conspire con criminales".

Ayer, un comunicado de la oficina de Klestil dejaba constancia de la "preocupación y consternación" del presidente ante el "descarrilamiento verbal" de Haider. La declaración de Klestil anuncia que el presidente aprovechará la entrevista prevista para hoy con los futuros socios de coalición, el presidente del Partido Popular (ÖVP), Wolfgang Schüssel, y Haider, para advertirle de que un partido que aspira a gobernar debe emplear otro lenguaje.

El todavía ministro de Exteriores, Wolfgang Schüssel, que pasará a ocupar la cancillería si las negociaciones con Haider llegan a buen fin, intervino también en la televisión en defensa de su nuevo socio. Según Schüssel, el estilo empleado por Haider al criticar a Chirac y al Gobierno belga "no es correcto", pero "hay algo de razón" en lo que dice y "cada uno debe empezar por su propia casa".

La postura de Klestil en toda la crisis ha provocado una caída de un 19% en su prestigio entre la opinión pública de Austria. Según un sondeo demoscópico que publica esta semana el semanario Profil, sólo un 59% de austriacos tienen una buena opinión de Klestil, un 19% menos que en una encuesta anterior.

La opinión pública en Austria, y parte de la publicada, empieza a mostrar con claridad su rechazo ante lo que consideran una injerencia paternalista en los asuntos internos del país. Por añadidura, resulta evidente una elevada dosis de hipocresía en el tratamiento del caso Haider. El propio Klestil no vaciló en extender al FPÖ un certificado de buena conducta democrática cuando no hace ni dos años luchaba por conseguir votos para la presidencia. En los socialdemócratas (SPÖ) hay un sector que no le hubiera hecho ascos a una coalición con el FPÖ de Haider para conservar el poder.

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