Doctorando a los 75

Joaquín Sandoval se ha convertido en el doctorando más experimentado que defienda una tesis en España. A sus 75 años, este químico alcoyano prefiere presentarse de este modo y no como el doctorando más mayor, cuestión que en los últimos días le ha catapultado a la fama. "Yo no sabía que todo esto fuera tan importante. En menos de una semana llevo más de tres entrevistas y una nada menos que con Iñaki Gabilondo", explica asombrado. Aquello que tanta curiosidad ha despertado no es otra cosa que la ilusión, constancia y lucidez que han llevado a Joaquín Sandoval a acceder a su doctorado a los 75 años, edad a la que la mayoría suele dedicarse otro tipo de entretenimientos. El trabajo que leerá ante el tribunal de la Universidad de Murcia el próximo 11 de febrero compendia medio siglo de investigación del aceite y multitud de horas de redacción y actualización de datos. En esto último ha desarrollado un papel fundamental Nacho, uno de sus siete hijos, que fue quien le introdujo en el mundo de los ordenadores y la informática. "Podría decirse que esta tesis la he escrito ya tres veces. A los cuatro años de acabar la carrera la empecé escribiendo a máquina. Por cuestiones laborales tuve que dejarla aparcada por un tiempo. Después, hace unos diez años, cuando la recuperé tuve que pasar todo lo antes escrito a ordenador y a continuación vino la actualización de datos".

El trabajo como químico en diversas empresas y como docente le mantuvieron prácticamente apartado de su doctorado durante unos treinta años. En este tiempo asegura haber dado clases a más de 5.000 alumnos de Alcoy. "La ilusión de mi vida ha sido concluir esta tesis, pero con el trabajo no podía. Con la jubilación he sacado tiempo que necesitaba para acabarla". Con cariño Sandoval reconoce: "En esto hemos trabajado todos los de la familia, hasta mi nieto no ha dudado en hacer algún que otro gráfico para el abuelo". Sin miedo alguno a enfrentarse a las nuevas tecnologías, Joaquín Sandoval hecha en falta la minuciosa labor que antaño desarrollaban los investigadores. "Ahora muy pocos saben preparar una disolución patrón. Esto es un ejemplo del avance de la tecnología y la facilidad al acceso de datos que antiguamente teníamos que calcular o averiguar personalmente", dijo.

Su trabajo lleva por título Contribución al proceso de decoloración en aceites y grasas, implantación de un sistema en fase disuelta y aspira a convertirse en un manual de estudio de químicos en formación. "La ilusión más grande es que todos los años de trabajo y de conocimiento científico que he dedicado no van a perderse en un cajón, ya están escritos y podrán servir a futuros investigadores". De hecho, la edición de esta tesis "compuesta por más de 250 páginas y otros tantos gráficos" ya ha llegado a la biblioteca de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Murcia en la que se licenció Joaquín Sandoval hace 50 años. Según los expertos, la tesis aborda un método novedoso en el proceso de decoloración del aceite y puede dar pie a nuevas investigaciones. Sobre esto Sandoval puntualizó la escasez de ayudas que tienen en la actualidad los investigadores para desarrollar una tesis doctoral y la necesidad de fomentar centros de investigación científica. "Las becas de ahora son muy cortas lo cual hace que se profundice poco en la investigación y se exija un grado de doctor que a mi entender no ha madurado lo suficiente", señaló.

A pesar de la tranquilidad que le da la experiencia Joaquín Sandoval reconoce que en ocasiones siente un poco los nervios cuando piensa en el momento de defender su tesis en el examen oral, aunque asegura que a estas alturas prácticamente se la sabe toda de memoria. De ello dan fe los catedráticos que lo han dirigido, Ginés Guzmán Jiménez y su hijo Ginés Guzmán Martínez, que ha continuado el trabajo iniciado por su padre. Ambos auguran un cum laude para Sandoval. "Lo mejor de todo es que me lo he ganado con esfuerzo, no se trata de un doctorado honoris causa que la mayoría ganan a mi edad", señala con fuerza más que suficiente para abordar la cátedra.