Ferrer Pastor
FRANCESC DE P. BURGUERA
El próximo viernes, día 4, en solemne acto académico a celebrar en el Paraninfo de la calle de la Nau, le será entregada a Francesc Ferrer Pastor la Medalla de la Universidad de Valencia. Ferrer Pastor pertenece a aquella generación de valencianistas que a los jóvenes de la postguerra nos sirvieron de ejemplo y guía en nuestros inicios literarios. Como Enric Valor, recientemente fallecido, Sanchis Guarner, Carles Salvador, Miquel Adlert, Xavier Casp...
Ferrer Pastor ha sido un enamorado de nuestra lengua. Su labor de lexicógrafo ha sido importantísima. A lo largo de muchos años de trabajo ha conseguido recuperar, en buena medida, gran parte de nuestro patrimonio lingüístico, salvando del olvido y evitando, por tanto, que cayesen en desuso, miles de palabras que él ha incorporado a sus vocabularios y diccionarios, enriqueciendo, así, el habla y la escritura del valenciano.
Con Carles Salvador inició los cursos de lengua de Lo Rat Penat a finales de los años cuarenta, siendo profesor de los mismos hasta primeros de los sesenta. En 1956 publicó su Diccionari de la rima, primera obra de estas características tanto en Valencia como en Cataluña, en la Editorial Torre, de Casp y Adlert, como recordé en estas páginas hace quince días con motivo de la muerte de Enric Valor. Y en 1960 aparecerá su primer Vocabulari Valencià-Catellà, que luego ampliará, publicando el Vocabulari Castellà-Valencià. Valencià-Castellà. Esta obra ha sido fundamental para que muchas generaciones pudiesen -pudiésemos- aprender a utilizar, correctamente, las palabras y aplicarlas en su verdadero significado. De mi puedo decir que, no sólo me ha servido sino que me sigue sirviendo. Es una obra de mucha utilidad y en mi mesa de trabajo la tengo siempre a mano para resolver cualquier duda a la hora de escribir. Prueba de esa utilidad es la cantidad de ediciones que se han hecho de la misma y el número de sus tiradas. La acogida que han tenido los diccionarios y vocabularios de Ferrer Pastor suponen uno de los mayores éxitos editoriales entre nosotros.
Mi amistad con Paco Ferrer Pastor viene de lejos. Y mi aprecio por su persona. Y ha habido momentos en que hemos compartido ilusiones y desvelos por este país nuestro. Le conozco bien, y he podido saber, a lo largo de tantos años, de su civismo y de su irrenunciable valencianía.
La Universidad de Valencia le ha concedido su medalla reconociendo, así, los innegables méritos como lingüista y ciudadano. Uno no puede sino, desde estas páginas, felicitar al rector Pedro Ruiz y a la junta de gobierno de nuestra universidad por esta decisión que viene a prestigiar, públicamente, la figura de Ferrer Pastor. Un hombre que ha llevado a cabo su importante tarea en favor de nuestra lengua con discreción, sin estridencias, con sigilo y dedicación continuada. Pero con el reconocimiento popular y académico. Ferrer Pastor es, sin duda, otro de nuestros homenots. Así ha venido a reconocerlo la Universidad de Valencia y así lo reconocemos todos quienes conocemos su magnífica aportación al conocimiento y uso del valenciano. Felicitats, Paco!
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