Alarma en Europa ante el peligro de un Gobierno con la ultraderecha en Austria

El socialdemócrata Viktor Klima, canciller federal de Austria y ganador de las elecciones de octubre de 1999, comunicó ayer al presidente Thomas Klestil su renuncia a la formación de Gabinete. La decisión abre la puerta a un Gobierno formado por la alianza de la derecha radical y xenófoba de Jörg Haider con los democristianos conservadores del Partido Popular. Ayer continuaron las negociaciones entre los dos grupos con vistas a decidir los detalles sobre esa coalición, que pone fin a 30 años de dominio socialdemócrata del escenario político de ese país. "He hecho todo lo humanamente posible, por razones que son bien conocidas, para formar un Gobierno sin la presencia del Partido Liberal [la formación de Haider]", confesó Klima. El presidente ha decidido esperar todavía algunos días antes de encargar la formación de Gobierno a la nueva coalición en ciernes ante el peligro de que la entrada de la extrema derecha en el Ejecutivo dañe gravemente la imagen internacional de Austria. La Comisión Europea recordó ayer, a este respecto, que existen los mecanismos para expulsar de la Unión Europea a un país cuando éste no cumpla los principios democráticos que sustentan esta organización. El Gobierno de Bélgica ha pedido a los Quince que den una respuesta clara a la posible entrada del partido de Haider en el Gobierno de Viena. Las noticias de Austria centraron ayer los debates de la conferencia que se celebra en Estocolmo para prevenir la explosión del nazismo y la xenofobia. Ese foro se ha convertido en la caja de resonancia de la preocupación europea por el fenómeno ultraderechista en Austria y en otros países. En Alemania, el canciller Gerhard Schröder asistió ayer al simbólico inicio de la construcción del monumento sobre el holocausto en Berlín. Con esta ocasión, el Papa denunció ayer las políticas que conducen al genocidio. El primer ministro israelí, Ehud Barak, telefoneó ayer a varios jefes de Gobierno europeos, entre ellos José María Aznar, para expresar su preocupación por la situación en Austria.