Francia aprueba una ley que exigirá la paridad de hombres y mujeres en las listas electorales
La Asamblea Nacional francesa aprobó ayer, en primera lectura, un proyecto de ley destinado a instituir la paridad entre hombres y mujeres a todos los niveles de representación política. La ley desarrolla unos principios generales favorables a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres consagrados por la Constitución desde la reforma de junio. Todos los grupos políticos se han mostrado favorables a esa instauración por ley de la paridad, incluidos aquellos que hace unos meses se declaraban en contra o se abstuvieron a la hora de modificar la Constitución.
En la Asamblea Nacional francesa se sientan hoy un 11% de mujeres -en el Senado sólo un 6%- y en las asambleas regionales un 25%, que se transforma en un 40% si nos referimos a la representación francesa en el Parlamento Europeo. La ley impondrá la paridad absoluta -alternancia perfecta de hombres y mujeres en las listas- en las elecciones europeas, senatoriales y regionales; una paridad casi perfecta en las elecciones municipales -las de 2001 serán las primeras en regirse por la nueva ley-, que se disputan a doble vuelta; y otra aproximativa en el caso de las legislativas, que no sólo se celebran a dos vueltas, sino que funcionan con sistema mayoritario.En el caso de las legislativas, que es aquél en el que se hace más imposible prever la igualdad, la ley castigará a los partidos menos feministas retirándoles parte de las ayudas públicas. Por ejemplo, si un partido tiene un 60% de diputados masculinos y un 40% femeninos, perderá el 10% de las ayudas. Si se repitiesen los resultados de 1997, los socialistas dejarían de ingresar el equivalente a 400 millones de pesetas; los liberales, 360 y los gaullistas, 450.
El caso más conflictivo lo ha vivido la diputada Michèle Alliot-Marie (MAM), presidenta del gaullista Agrupación por la República, que se hizo elegir por los militantes prometiendo "oposición frontal" al Gobierno de izquierda. Esa oposición decidida la llevó la semana pasada a votar en contra la reforma de la justicia querida por el presidente Chirac y ahora a manifestarse contra una paridad que Chirac también defiende.MAM, que se hace llamar madame le president, cree que "estamos ante un problema de voluntad política, no de ley". Y MAM se abstuvo. Maurice Leroy, diputado conservador, decía lo mismo pero desde otra perspectiva: "La ley está muy bien porque nos impondrá la voluntad política que siempre nos ha faltado". Para el ministro del Interior, Jean-Pierre Chevènement, el texto de la ley supone "una revolución cultural y las revoluciones sólo triunfan con un poco de pragmatismo".
Michèle Alliot-Marie, la ultramontana Christine Boutin, la feminista socialista Yvette Roudy, el gaullista Jacques Myard o el alcalde liberal de Marsella, Jean-Claude Gaudin, figuraron entre quienes hicieron oír una voz discordante, ya sea porque pedían que la ley marcase aún obligaciones más estrictas, respecto a la paridad,porque desaprobaban la idea de "cuota femenina", en tanto que amenaza contra el universalismo republicano, porque sostenían un viejo discurso machista o porque piensan que la proliferación femenina priva de protagonismo a las pocas que han logrado darse a conocer.
En España sólo los partidos de la izquierda (PSOE e Izquierda Unida) lo aplican por sus estatutos internos, pese a que no existe la obligación legal alguna. El PSOE lo propone, por primera vez, como obligación electoral. El candidato Joaquín Almunia asegura que si gana las elecciones propondrá una reforma de la Ley General Electoral para lograr la paridad en las listas, informa Anabel Díez.
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