Europa, Europa
¡Qué bien! ¡Ya somos europeos! Ni hemos tenido que esperar a la llegada del euro ni aprender danés. Bastó una jornada como la del martes en el puerto de Algeciras para comprobar el grado de cosmopolitismo que han alcanzado los andaluces. La imagen de esos agricultores altivos destripando los camiones marroquíes, despachurrando las naranjas y las cajas de pescado y cerrando las fronteras a todo lo que viene de África es la constatación real de que ya somos europeos, y de los buenos, de los del Tratado de Schengen, el Muro de Gibraltar, y Europa Überalles. Los mismos agricultores que una vez, no hace mucho, gracias a Franco, tuvieron que padecer la emigración, el desarraigo y la humillación de ver sus cultivos pisoteados por los bárbaros de los Pirineos se encargan de ser ahora los vigilantes de la playa, los gendarmes del Estrecho. Que no pase nadie. Ésta es la Andalucía universal de Blas Infante. De estar vivo, Stanley Kubrick podría haber hecho una nueva versión de La naranja mecánica. El título: El tomate traumático. Otro también bueno: Tomates moros triturados.Y para tomate, el que se organizó entre periodistas hace unos días cuando saltó la noticia de que Antonio Muñoz Molina iba a ser el encargado de presentar el cartel de la Semana Santa de Granada. ¿Cómo, Muñoz Molina presentando un cartel de Semana Santa? ¿Leería un pregón sobre las estaciones de penitencia? ¿Es que estaba preparando una nueva novela? ¿Había decidido olvidar su vieja pasión por la Segunda República, su anticlericalismo? Al final, falsa alarma. Efectivamente, Antonio Muñoz Molina presentó el cartel de Semana Santa. Pero no era el autor de El invierno en Lisboa, sino un reconocido experto local en la materia. Las aguas volvieron a su cauce.
En donde andan algo revueltas es en las dependencias de la Policía Local. Allí, los agentes han revelado en una encuesta interna que ninguno quiere regular la circulación en Granada. Alegan que la dirección los considera como "meras señales de tráfico". Sólo uno, el archifamoso Alejandro García Bueno, alias Pavarotti, conocido por los gorgoritos de su silbato (que le valieron la denuncia de un vecino a quien provocaba terribles dolores de cabeza) y el premio Pito de Oro de los conductores de autobuses, ha pedido expresamente continuar en su puesto. Lo de este hombre tiene mérito. Querer dirigir el tráfico en Granada. ¡Ja!
JESÚS ARIAS
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