Detenido por fraude el responsable de la misión italiana de ayuda a Kosovo

Cuentas trucadas, contenedores de víveres y bienes de equipo entregados directamente al jefe mafioso albanés Isufi Rhamí, cerca de 1.700 millones de pesetas evaporados. Estos son los datos del fraude que se escondía tras el gigantesco montaje de la Misión Arcoiris, la campaña de ayuda humanitaria a Kosovo organizada por el Gobierno italiano nada más empezar la guerra en la provincia de la ex Yugoslavia. Un escándalo denunciado por la prensa italiana el pasado verano, cuando la revista Panorama difundió incluso un vídeo grabado en el campo de refugiados de Valona, -montado con fondos de la Misión Arcoiris-, en el que podía verse el momento de saqueo de las instalaciones por los hombres del capo Rhamí, ante la indiferencia de los efectivos de seguridad italianos. El saqueo en el campo de Valona (Albania) era, sin embargo, sólo la punta del iceberg del gran fraude destapado ahora por la fiscal de Bari Daniela Rinaldi que ha provocado el cese (discretamente) del actual subsecretario de Protección Civil, Franco Barberi, y ha puesto tras las rejas a la cúpula directiva de la misión. Empezando por su responsable, Massimo Simonelli, y siguiendo por la persona encargada del campo de Valona, Luciano Tenaglia, además de los ayudantes de éste Silvia Lucatelli y Alessandro Mobono.

Según la fiscal, todo el equipo funcionaba "como una verdadera banda", organizando la distribución de los envíos de alimentos, agua, material de construcción de tiendas, electrodomésticos o equipos de cocina, y haciéndolos llegar directamente a manos del capo Rhamí. Al parecer, la "relación comercial" con el mafioso albanés existía ya con anterioridad a la puesta en marcha de la Misión Arcoiris. El escándalo representa un severo revés de imagen para el Gobierno de centro-izquierda, que reaccionó ferozmente a la denuncia de Panorama atribuyéndola a razones partidistas al provenir de un medio próximo a la coalición de centro-derecha. El primer ministro, Massimo D'Alema, se ha visto obligado a disculparse por el asunto, que ha empañado una misión hecha con el apoyo de numerosos intelectuales italianos y con las aportaciones económicas de millones de italianos. Las autoridades insisten en que el dinero de las donaciones públicas no tiene nada que ver con los fondos dilapidados en el campo de Valona, pero a estas alturas es difícil disipar completamente las dudas de los ciudadanos.