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LA LUCHA CONTRA ETA

El Gobierno afirma que "si ETA sigue matando, la sociedad será más dura" para reabrir el diálogo

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno está convencido de que las movilizaciones de respuesta a ETA "romperán el búnker en el que Xabier Arzalluz ha acorazado el Pacto de Estella" y, junto con los partidos democráticos, cree útiles las manifestaciones como instrumento para "reforzar el Estado de derecho, la conciencia social y la colaboración internacional". Y el ministro del Interior, Jaime Mayor, considera que "si ETA continúa cometiendo atentados, las exigencias de la sociedad serán más duras" hacia la organización terrorista que en septiembre de 1998 si, más adelante, vuelve a proponer el diálogo.

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Mayor resume en la consigna "democracia y urnas" la estrategia de respuesta que el Gobierno y los partidos democráticos deben dar a la organización terrorista en esta fase en que ha regresado a la violencia y ha roto los cauces de diálogo, según señaló ayer en unas declaraciones a EL PAIS. El titular de Interior estima que la manifestación masiva contra el terrorismo, celebrada en Madrid, era "necesaria" para respaldar las movilizaciones de la sociedad vasca de este fin de semana. Y también es un estímulo a la estrategia común del Gobierno y los partidos democráticos frente a ETA, consistente en "consolidar el Estado de derecho, animar la conciencia social contra la violencia y reforzar la colaboración internacional".El ministro concluye que las movilizaciones de este fin de semana han expresado que "se mantiene vivo el espíritu de Ermua", algo "que incomoda mucho al PNV". "Buena prueba de ello", añade, "es que ayer no participó ninguno de sus dirigentes en la manifestación de Madrid". Precisamente, en el encuentro celebrado entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en La Moncloa, dos días después de que ETA anunciara el fin de la tregua, el jefe del Ejecutivo vasco insistió en que había que evitar que se produjera "otro Ermua". El ministro está convencido de que las grandes movilizaciones de julio de 1997, antes y después del asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco, fueron determinantes en la decisión de ETA de declarar la tregua de septiembre de 1998.

También cree que ahora, tras la ruptura del alto el fuego, "la respuesta de la sociedad civil vasca puede ser determinante". Está convencido de que una fuerte presión social en Euskadi puede lograr que el PNV cambie la estrategia de la actual dirección de Xabier Arzalluz, empeñada en "acorazar su pacto con EH y ETA", aunque la banda siga matando. Y cree que la salida del PNV del Pacto de Lizarra (o Estella) produciría un importante revulsivo en Euskal Herritarrok y afectaría a ETA. Es esa una de las claves de la estrategia de Mayor, la vuelta del PNV al alineamiento con los demócratas frente a los violentos.

Precisamente, el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, insistió ayer en esta idea al señalar que "cuando hay violencia, la única distinción es entre los demócratas y los violentos. No puede haber diferencias en ese terreno en virtud de diferencias políticas".

Estrategia del PNV

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Mayor no se aventura a poner fechas, pero está persuadido de que el PNV acabará rectificando su estrategia: "En el PNV hay muchos que saben que va al suicidio si no rectifica su estrategia de apoyo a EH y ETA". "Estoy convencido de que a medida que ETA actúe, la credibilidad que el Pacto de Estella tenga en el nacionalismo se va a perder y el búnker político que ha construido Arzalluz se romperá".

El ministro admite que las manifestaciones en Euskadi tienen el riesgo del enfrentamiento civil, pero, pese a ello, mantiene su oportunidad. Para Mayor, fue un "alivio" ver al filósofo Fernando Savater o a los dirigentes políticos Carlos Iturgaiz, del PP, y Nicolás Redondo, del PSOE, enfrentándose a los contramanifestantes de EH en San Sebastián y Bilbao. "Cuando te rebelas contra un secuestrador de la sociedad, como ETA y sus amigos, siempre corres un riesgo. Pero el mayor riesgo es seguir secuestrado".

Mayor niega tajantemente que la estrategia del Ejecutivo de "firmeza democrática", de no ceder a la negociación política por la presión violenta de ETA, sea electoral. Arzalluz señaló la víspera en el diario Deia que, tras las elecciones de marzo, el Gobierno que resulte tendrá que negociar con los nacionalistas y que el PNV pondrá sobre la mesa el "precio de la paz". "La estrategia de firmeza democrática del Gobierno no es electoral. El espíritu de Ermua no es electoral. Si la posición de Arzalluz es firme, la del Gobierno también lo es. Ni es superficial ni es táctica", señaló.

El responsable de Interior insiste en otra de sus claves estratégicas: es imposible la negociación política bajo la presión de ETA, tal y como la plantea Arzalluz. "El esfuerzo político lo hicieron todos los españoles durante la transición. Para satisfacer las aspiraciones nacionalistas se negociaron los Estatutos de autonomía. Ahora los nacionalistas quieren otra negociación para satisfacer a EH sobre la base del Pacto de Estella. La cesión política a sus pretensiones sería un enorme disparate porque siempre habría algún grupo más radical que pediría la independencia, y ceder a ello sería el final de la democracia".

Mayor opina que si ETA sigue actuando pone en riesgo la oferta de negociación que el Gobierno le presentó tras la declaración de la tregua indefinida de septiembre de 1998. El Ejecutivo propuso entonces "paz por presos", esto es, la salida de los presos etarras a cambio de un abandono definitivo de las armas por parte de ETA. "No hay nada que rectificar de lo hecho por el Gobierno hasta ahora, pero todo tiene un límite. Si ETA sigue matando, las exigencias de la sociedad serán mayores y más duras. No se puede jugar así con la vida de las personas. Cada atentado produce una conmoción y la sociedad puede poner dificultades a una negociación". El ministro es pesimista sobre la posibilidad de que ETA reconsidere su regreso a la violencia a corto plazo. "ETA no reflexiona y no cambiará".

El Gobierno estima que son las urnas las que deben marcar el futuro de Euskadi. Mayor está convencido de que el PNV "padecerá por su estrategia". Y admite que la ausencia de EH en las elecciones de marzo camuflarán el resultado del PNV, pero, con todo, "perderá" si persiste en la estrategia de colaboración política con EH y ETA.

También considera fundamental que se mantenga la colaboración entre el PP y el PSOE y afirma que, desde que se produjo el atentado contra el teniente coronel, el pasado viernes, la comunicación y la colaboración entre el Gobierno y el PSOE han sido permanentes y leales.

El ministro también mantiene un compromiso sobre el debate del terrorismo para la precampaña y campaña electorales. "Nadie espere de mí que abra una fisura".

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