Más de 18.000 adolescentes españolas se quedan embarazadas cada año
Unas 400 niñas entre 11 y 15 años optan por dar a luz, mientras otras tantas abortan
Más 18.000 españolas menores de 19 años se quedan embarazadas al año. Unas 7.000 optan por el aborto. De estas gestantes, cerca de 800 son casi unas niñas, entre 11 y 15 años, aunque la mitad decide abortar. El fenómeno ya no tiene las dimensiones de hace una década, que arrojaba un 40% más de embarazos. Pero tanto padres como educadores consideran que las cifras siguen siendo relevantes como para emprender nuevas iniciativas. Con menor impacto, 10.000 gestaciones anuales, el Gobierno francés ha decidido intervenir drásticamente a pie de escuela.
Una ola de preocupación sobre la salud reproductiva de los adolescentes recorre Europa. A mediados del pasado año, el semanario científico British Medical Journal publicó un informe comparativo, donde se puso en evidencia la todavía elevada tasa de madres adolescentes en los países de la UE. El Reino Unido se llevó la palma, con 29,8 por cada 1.000 mujeres entre los 15 y los 19 años. Portugal le sigue, con 20,9 por cada 1.000, mientras España, con 8,2 por 1.000, se sitúa en una franja intermedia, superando a Francia e Italia -7 por 1.000-.Las autoridades francesas han entendido que estas cifras no son tolerables. Han calculado unos 10.000 embarazos adolescentes no deseados cada año y han anunciado un ambicioso plan de intervención que contempla, incluso, proporcionar a crías de 13 años la píldora del día después en centros de asesoramientro instalados en las escuelas.
En España el problema no es menor. Un trabajo de Margarita Delgado, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), muestra que en nuestro país se quedan embarazadas al año doce chicas entre 15 y 19 años de cada mil. Las cifras absolutas las proporciona el Instituto Nacional de Estadística: en 1997 fueron madres 11.274 españolas entre los 11 y los 19 años. Ese mismo periodo abortaron 7.189. Hace una década, los embarazos eran un 40%, más y los abortos, un tercio menos. Hoy las chicas se quedan embarazadas con menor frecuencia y recurren más a la interrupción.
Cada día hay en España una niña dando a luz y otra abortando, porque cerca de 800 de las gestantes precoces apenas acaban de salir de la infancia. Tienen entre 11 y 15 años y sólo la mitad opta por tener el bebé. Una comunidad donde las mujeres son madres muy pronto es la gitana. Y se trata de una tradición cultural a la que no están dispuestas a renunciar aunque los tiempos vuelen a su alrededor. "No supone para ellas ningún perjuicio", zanjan desde una asociación de mujeres gitanas. Desde otra se reconoce la utilidad de campañas de planificación, "pero sólo como instrumentos libres, sin interferir en la cultura"
En general, nadie discute que hay que tomar nuevas iniciativas en España. "Hay que informar a los jóvenes hasta la machaconería", subraya Margarita Delgado. Desde la Federación de Asociaciones de Planificación Familiar se culpa a la política española en esta materia. "En la práctica, la educación sexual en los colegios no está incorporada. Y lo de la píldora del día después en los hospitales es un escándalo", dice su portavoz, Justa Montero. "No lo dan por que no se considera una urgencia". La citada píldora, tal y como se conoce en Francia, no está comercializada en España. El tratamiento equivalente aquí se basa en dosis de anticonceptivos conocidos.
Para Carlos Ladrón de Guevara, presidente de la confederación de padres laicos, CEAPA, "ni hay suficiente educación sexual en la escuela y en la familia ni tampoco los jóvenes tienen medios para evitar embarazos". Plantea: "¿Por qué no instalar expendedores de preservativos en los centros de secundaria?", y entiende que sería imprescindible asesoramiento integral en sus centros y no sólo, como ahora, orientado a las necesidades profesionales del alumno. La preocupación es la misma en la CONCAPA, asociación de padres católicos, pero las soluciones, distintas. "Tiene que haber medidas preventivas serias y no sólo los condones", dice su presidente, Agustín do Sil. "Tener un autocontrol no es ser un estrecho, es ser maduro", opina. "Pedimos políticas a medio y largo plazo y mensajes positivos. Creo que hubo deficiencias, incluso por parte de la Iglesia, al insistir a los jóvenes sólo con lo que no se puede hacer".
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