Europa deberá unir fuerzas para competir con EEUU

Intercambios de estudiantes entre países, flexibilidad de contenidos, enseñanza de segundos y terceros idiomas, introducción de la tecnología en las aulas. Los expertos coinciden en que preparar a los alumnos para un futuro profesional sin fronteras y muy especializado decidirá el modo de enseñar en la Europa del siglo XXI. El reto será que la enseñanza en Europa aúne fuerzas para que Estados Unidos no le robe profesores ni estudiantes.El catedrático de Teoría e Historia de la Educación de la Universitad Pompeu Fabra de Barcelona, Francesc Pedró, augura una "americanización" de la Universidad europea. Cree que habrá un primer ciclo con contenidos elementales, "al estilo de los antiguos bachilleratos", y un segundo ciclo mucho más especializado que el actual. Las diplomaturas perderán peso en favor de la Formación Profesional.

Pedró adivina que los futuros profesores europeos "no se limitarán a dictar apuntes y examinar, tendrán que replantearse el modo de enseñar". La diferenciación entre docente e investigador será mayor.

La diversidad de idiomas en Europa que hoy fragmenta el mercado de trabajo será en el futuro un valor añadido en el currículo de los europeos, obligados desde el colegio a aprender varios idiomas.

Muchos expertos confían en que la tecnología romperá el concepto de espacio-tiempo y permitirá combinar educación presencial y no presencial. También vaticinan la aparición de redes de universidades en Europa por las que se muevan los estudiantes con naturalidad. Pero advierten de que nada de todo esto será posible sin un incremento de becas y ayudas.

En cuanto a la enseñanza no universitaria, Jordi Adel, experto en aplicaciones a la educación de las nuevas tecnologías y profesor de la Universidad Jaume I, avisa de que "instalar ordenadores e Internet en los colegios no servirá de nada si no va acompañado de formación para los profesores".

Adel afirma que "Europa ha perdido el tren de la tecnología", pero espera que algún día ésta llegue a las aulas "del brazo" de los alumnos que ahora tienen menos de 10 años, a los que llama la generación Nintendo.