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Dos héroes de uniforme

Ni Andrés Casamayor Pajares, de 46 años, ni Juan Atochero Torres, de 33, tienen cara de héroes. Pero lo son. Tienen madera de héroe. Casamayor, porque en las pasadas vacaciones de agosto, cuando estaba fuera de servicio, salvó a una familia de morir quemada en un voraz incendio. Y Atochero, porque, tras siete largas y penosas horas, también en agosto pasado, logró que un hombre desisitiera de la idea de suicidarse. La Comunidad de Madrid les concederá a los dos, el próximo 25 de enero, la Medalla al Mérito Policial en su categoría de oro.La noticia les cogió a ambos por sorpresa. Ninguno lo esperaba. Casamayor, destinado en la Unidad de Grúas y Depósitos de la Policía Municipal de Madrid, lo escuchó por la televisión mientras comía, y su esposa, emocionada, se echó a llorar. A Atochero, que pertenece a la Policía Municipal de San Fernando de Henares, le llamó su jefe para anunciárselo.

Cuando lo cuenta, Juan Atochero se nota nervioso. Frente a él hay media docena de periodistas que esperan ansiosos: "Todo fue un poco casual", dice con la voz un poco apagada.

Atochero se encontraba patrullando el 15 de agosto pasado por las calles del municipio cuando se encontró con un coche del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes solicitaron su ayuda porque querían saber si una caja de municiones que encontraron en un domicilio, y cuyas instrucciones venían en inglés, eran de fogueo o de tiro real. En esa vivienda, sita en la calle de la Virgen del Templo, un hombre de 33 años intentaba quitarse la vida con una pistola.

La sorpresa de Juan Atochero fue que aquella persona era conocida suya. Ambos habían estudiado juntos de niños y, aunque no tenían contacto desde hacía tiempo, se reconocieron al instante. Así empezó una noche muy larga. Probablemente la más larga en los ya casi siete años que lleva Atochero en el cuerpo. "Comenzamos a hablar. Nos contamos las penas. Yo le decía que si se suicidaba no había marcha atrás; además, su padre había muerto dos años antes. Yo le decía: ¿tú crees que tu padre hubiera querido esto para ti?". Al final, después de soportar momentos de mucha tensión y riesgo, el suicida depuso su arma. "Entonces sentí que volví a respirar", apunta Atochero.

El caso de Andrés Casamayor fue casi tan dramático como el de su colega madrileño. Cuando el 5 de agosto pasado disfrutaba de sus vacaciones en Miraflores de la Sierra, oyó gritos que provenían de un chalé cercano a su casa, en la calle de Montecillo.

Una mujer visiblemente alterada pedía ayuda. Las llamas consumían su vivienda. Sin pensarlo dos veces, Casamayor, que lleva 25 años en la policía, fue a su rescate. Según su relato, vio una columna de humo negro procedente del chalé próximo, por lo que, sin pensárselo dos veces, se puso unas zapatillas y un pantalón de chándal y saltó al tejado de la vivienda de al lado para acceder a la casa incendiada.

La propietaria del chalé, "que estaba muy alterada", le pidió a gritos que rescatara a sus hijos, que estaban en el porche. "Di una patada a la cristalera, saqué a los niños y llevé a los tres a la piscina", recuerda. Después, él mismo se enrolló en una alfombra mojada, cogió una manguera del jardín y entró en la casa a rastras para apagar las llamas.

"No se veía nada, pero me di cuenta de que me hacía con el incendio. En un momento determinado, oí que la madre gritaba: "¡La Lola, La Lola...!" Y entonces creí que había otra persona en la casa y me puse a buscarla", recuerda Andrés. La Lola era una perrita que se había refugiado debajo de la cama de un dormitorio, a la que también rescató Andrés. Éste se salvó "por los pelos", aunque sufrió quemaduras en la espalda y fuertes dolores de cabeza por la inhalación de humo, lo que le dejó fuera de servicio casi un mes.

Sacó a los dos niños, de tres y seis años, que se encontraban en la vivienda y a Lola, pese a que "aquél era un incendio impresionante", cuenta. Pero, para él, eso ya forma parte del pasado. "Es que uno no hace las cosas pensando que lo van a premiar", señala. Eso sí, no oculta su orgullo: "Yo no me quiero echar flores, pero ojalá que este premio sirva para que la gente piense que lo que hace la Policía Municipal lo hace por su bien, aunque a veces nos equivoquemos".

Casamayor, casado y padre de tres hijos, ya se tiró hace ocho años al Manzanares para intentar rescatar a un hombre que había caído al río con su coche.

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