Mezquindad

JOSEP TORRENT

"Uno de los más importantes escritores valencianos" (Manuel Tarancón, consejero de Educación y Cultura). "Trayectoria intelectual fecunda como escritor" (Rita Barberá, alcaldesa de Valencia). "Importante figura de la cultura valenciana, con una larga trayectoria como lingüista, pensador y escritor" (Alejandro Font de Mora, portavoz del grupo parlamentario popular de las Cortes Valencianas). "Importante aportación a las letras valencianas" (Julio de España, presidente de la Diputación de Alicante). "Una de las figuras más importantes de las letras valencianas" (Fernando Giner, presidente de la Diputación de Valencia). A los dirigentes del Partido Popular -con la notable excepción del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que ni perdona ni olvida la campaña que el Bloc de Progrés, del que Enric Valor era presidente, le hizo en 1995- no se les caía de la boca el adjetivo "importante" el día en que fallecía el patriarca de las letras valencianas. Pero ayer, cuando tocaba dar la cara y no esconderse detrás de un folio garrapateado tópicamente por el primer asesor de imagen, escurrieron el bulto y enviaron una representación institucional de segunda división al sepelio del Premi de les Lletres Valencianes. Y, en el colmo de la miseria moral, el Ayuntamiento de Castalla, gobernado por el PP, decretó un solo día de luto oficial. La palabrería desparramada la tarde del jueves por nuestras autoridades civiles -que no cívicas- no oculta la mezquindad de sus hechos. Aún están a tiempo de rectificar si es que creen en la mitad de lo que dijeron. La alcaldesa de Valencia, por ejemplo, no debería de dudar un instante en dedicar una calle y nombrar hijo adoptivo a quien, son sus palabras, tuvo "una trayectoria intelectual fecunda".