Fomento agrava el impacto del AVE por Cuenca al insistir en cruzar la valiosa sierra de Altomira

El empeño del Ministerio de Fomento en que el trazado A (también conocido como solución norte) del AVE Madrid-Comunidad Valenciana atraviese la sierra de Altomira, incluida en la lista europea de Lugares de Interés Comunitario (LIC) y considerada como zona de especial protección para las aves (o ZEPA, también reconocida por Bruselas), hace que esta opción, además de ser mucho más cara, acarrée varios impactos ambientales críticos. Varios expertos consultados consideran que la valiosa sierra puede ser perfectamente esquivada. Por contra, en la memoria informativa del proyecto el ministerio minimiza la afección de su opción favorita (la C) o de sus variantes.

"Los resultados obtenidos", se asegura en la memoria, "ponen de manifiesto la mayor significación de impacto ocasionado por las soluciones A y D [esta última es una variante de la anterior], las únicas en las que tienen lugar impactos calificados como críticos". Así es, pero en su propia valoración del trazado Madrid-Valencia, Fomento cifra el impacto sobre las áreas de interés natural de la opción A en sólo 28.090 metros cuadrados con impacto crítico (ninguno severo ni moderado), mientras que el C eleva su afección a 294.120 metros cuadrados con impacto severo y otros 808.522 con moderado.Sin embargo, la memoria reconoce que los impactos de A y D "tienen lugar en el tramo, coincidente para las dos alternativas, en que cruzan la propuesta de LIC y ZEPA para la sierra de Altomira [en los límites de Cuenca y Guadalajara], que tiene como objeto principal la protección del paisaje y de la fauna y que es cortada transversalmente por su centro en una zona de especial valor".

Es decir, el mayor problema ambiental de un trazado por Cuenca estriba en su afección a una sierra efectivamente valiosa, un paraje abrupto próximo a los embalses de Entrepeñas y Buendía que además de poseer un enorme valor paisajístico sirve de cobijo a águilas reales, perdiceras, búhos reales y halcones peregrinos. Al impacto ambiental se suma la dificultad orográfica a la que se deberían enfrentar los arquitectos. No en vano, el gran número de túneles y puentes previstos para esta solución (que se acumulan en esta zona) eleva el precio de la línea Madrid-Valencia a 460.000 millones de pesetas (con el ramal a Albacete y la conexión entre Valencia y Alicante y Murcia subiría a 898.000) mientras que la opción centro (solución B) se queda en 340.000 (808.000 en total) y la sur (solución C) 331.000 (595.000 en total).

Diez kilómetros al sur

Sin embargo, los expertos de la Universidad de Valencia y del Foro Cívico, que critican las soluciones sureñas que arropa el ministerio, aseguran que con sólo trazar la opción A una decena de kilómetros más al sur se evita el desastre ecológico y gran parte del sobrecoste económico. No en vano, hasta en los estudios previos analizados por el propio ministerio, y que que quizá por error ha incluido en la evaluación de la demanda y la rentabilidad de las opciones, se consideraba una alternativa norte que salía de Madrid por el sur y evitaba la sierra de Altomira. Y sin llegar a aceptar este trazado (salir de Madrid por el norte permite más conexiones aeroportuarias) consideran perfectamente factible llegar a Cuenca sin pisar la sensible Sierra mediante pasillos ya ocupados por infraestructuras.

Mientras, el estudio informativo de Fomento no ahorra elogios para la opción C, "que destaca como la menos impactante en todos los aspectos considerados, excepto en la afección a los suelos, en la que se sitúa en la segunda posición más impactante". Apenas menciona el ministerio que esta opción también cruza, con "impacto severo", varias ZEPA importantes -como la que engloba los Carrizales y Sotos de Aranjuez y como la que se ha propuesto para el área esteparia de la Mancha Norte- y un LIC tan importante como el de las Estepas de Toledo.