Almunia y la cama de Procusto
Hace poco menos de un mes Joaquín Almunia daba a conocer el programa electoral de los socialistas en materia de Sanidad. Este mismo periódico recogía entonces, en destacado titular, que "el PSOE promete una sola cama por habitación en los hospitales públicos". También se contemplaban entre otras las siguientes medidas: abrir los hospitales por las tardes, ir a la autonomía de gestión en los hospitales y luchar contra las listas de espera "fijando límites de plazos que, una vez cumplidos, dan derecho a ser atendidos aún en un servicio privado"; también prometía "revisar sistemáticamente el valor terapéutico de los medicamentos".Si no fuera porque después de algunos años en la brega estamos ya curados de espanto por el comportamiento de los socialistas españoles, habría desde luego materia para el escándalo. Porque, vamos a ver, ¿qué partido sino el socialista es el que durante su larga etapa de gobierno no sólo no tendió hacia la habitación hospitalaria individual, sino que asistió impávido a situaciones límite con varias camas por habitación e incluso camas en los pasillos? Y, por el contrario, ¿no es el PP valenciano el que en los dos hospitales construidos durante su mandato (el de Alzira y el de la Plana en Vila-real, de inminente inauguración) ha previsto habitaciones individuales?
Es más, en la Ponencia Política del pasado Congreso del PPCV se recogía este hecho, el de la cama hospitalaria individual, como expresión de una nueva concepción de los servicios públicos: unos servicios públicos humanizados y de calidad con los que el PPCV se comprometió públicamente. Pues bien, esta afirmación fue ninguneada y ridiculizada por este mismo periódico que (naturalmente en su perfecto derecho) destacaba el otro día la conversión del dirigente socialista, a "una nueva cultura de los servicios". Pues sean bienvenidos, señores, a esa nueva cultura por la que nosotros trabajamos desde hace tiempo, si se quiere con mayor o menor fortuna, pero siempre con la mejor intención.
Pero, una vez bienvenidos, cabe recordarles que elaborar programas es algo más que copiar ideas o actuaciones del adversario (¿o no ha iniciado el PP-CV la puesta en marcha de los hospitales en horario de tarde? ¿o no se ensayan en la Comunidad Valenciana nuevos modelos de gestión hospitalaria?), o lo que es peor, apuntar soluciones (el recurso a la sanidad privada para luchar contra las listas de espera) que se han criticado acerbamente cuando las ha tomado el Gobierno popular de nuestra Comunidad.
El doble lenguaje no es nuevo en los socialistas españoles que aprueban en el Congreso una ley sobre nuevas formas de gestión sanitaria, para luego torpedear su desarrollo y a continuación hablar de nuevos modelos de gestión en su programa. O que aprueban cuando gobiernan una financiación selectiva de medicamentos (medicamentazo hablando en plata) para criticarla cuando la practican otros y prometer ahora enigmáticamente que se va a "revisar sistemáticamente el valor terapéutico de los medicamentos". ¿Qué quiere decir eso? ¿Quién lo va a revisar y qué consecuencias va a tener? ¿Cuándo "el revisor" considere que un medicamento no tiene valor terapéutico o lo tiene escaso, lo retirará de la financiación? ¿Qué dicen y qué callan los socialistas? Desde luego lo que no callan es su indisimulada prepotencia: "Hay que terminar con tanto visitador médico ligado a la industria" (sic).
En fin, parece que los "pensadores sanitarios" socialistas están en horas bajas y que la cama hospitalaria que Almunia ofrece se parece más bien al lecho de Procusto, ya saben: aquél que cuando el ocupante del lecho no se ajustaba a las medidas del mismo serraba la parte sobrante. Los socialistas hacen lo mismo: cuando la realidad de su pensamiento no se ajusta a sus necesidades electorales simplemente usan la sierra y acomodan la oferta a la demanda.
Así de sencillo, si no fuera porque ya son viejos conocidos. Y digo bien: "Viejos" y "Conocidos".
Alejandro Font de Mora es portavoz del Grupo Popular en las Cortes Valencianas
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