No se puede
Me gustaría que alguien me explicase por qué se ha privatizado una compañía (LA compañía, habría que decir) que aún funciona en régimen de monopolio. Me explico: con uno de los nuevos operadores de telefonía pago de media por todas mis llamadas, excepto las locales, unas 600 pesetas al mes. En cambio, con LA compañía pago, sin hacer ni una sola llamada, 2.600 pesetas al mes, que además me cobran con dos meses de adelanto. Hace unos meses cambié de domicilio, y antes de mudarme llamé a LA compañía para preguntar cuánto me costaría el traslado del teléfono. Me dijeron que 5.000 + IVA. Dos meses después me cobraron 3.000 pesetas más por una clavija de plástico que desde el principio sabían que iban a instalar. Habían hecho la misma jugada en la instalación inicial del teléfono: te dicen un precio (sin IVA) y en el segundo recibo te incluyen alguna cosilla extra. A LA compañía se le ocurrió también que podía aprovechar el ajetreo del traslado para darme de alta en un servicio de identificación de llamadas que no pedí y que ahora me cobra con sus atrasos.Yo he reclamado, pero me pregunto a cuántas personas que no se paran a leer la factura del teléfono les habrán hecho lo mismo. Bueno, el caso es que a uno lo primero que se le ocurre es dejar inmediatamente LA compañía, pero resulta que no se puede. La famosa liberalización de las telecomunicaciones se ha quedado en nada y quien quiera tener un teléfono en casa sigue dependiendo de una compañía que de algún lado tiene que sacar los miles de millones con que gratifica a sus directivos por vaciarnos los bolsillos.- Moisés R. Barcia. Cangas do Morrazo, Pontevedra.
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