La muerte de Fernández Ordóñez no afectará a sus proyectos en el País Vasco

La muerte del ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez no trastocará el proyecto de construcción del nuevo puente peatonal en la zona bilbaína de Abandoibarra, cuyo inicio de está previsto para el próximo verano. Ni, por supuesto, tendrá efectos en el nueve puente sobre el Urumea en San Sebastián, que está en obras desde principios de 1999 y se concluirá en marzo. Ambas construcciones han sido las últimas obras diseñadas en Euskadi por Fernández Ordóñez, quien desde 1993 era presidente del Patronato del Museo del Prado.Portavoces de la sociedad Bilbao Ría 2000, que se encarga del desarrollo de la revitalización urbanística del área metropolitana, afirmaron ayer que el proyecto de la pasarela peatonal "seguirá los planes previstos. El hijo de Fernández Ordóñez, Lorenzo, será quien supervise ahora los trabajos".

El proyecto elaborado por el ingeniero, que falleció el lunes a los 66 años de edad a consecuencia de un cáncer, se encontraba ya ultimado, por lo que no se verá afectado. La pasarela, que unirá las dos márgenes de la Ría a la altura de la Universidad de Deusto y a medio camino entre el Museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna, será de acero inoxidable y madera noble. Estos materiales, los más caros, fueron los elegidos por Fernández Ordóñez en su diseño original. El coste del puente, cuya conclusión se prevé para finales de 2001, rondará los 1.000 millones de pesetas.

Esta obra fue adjudicada en diciembre pasado por Bilbao Ría 2000, junto al inicio de los trabajos del nuevo parque en Abandoibarra y la ampliación de la acera en la Avenida de Universidades, con un costo total de todas las actuaciones de 2.986 millones y un plazo de ejecución de dos años.

El puente de San Sebastián, cuyo coste es de 390 millones, debía haber estado finalizado en septiembre, pero por diversos problemas de ejecución se retrasará a marzo. Se caracteriza por su funcionalidad y la ausencia de elementos decorativos.