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Unió no quiere que la Declaración de Barcelona le enfrente a Convergència

Francesc Valls

Unió Democràtica de Catalunya (UDC) no quiere problemas con su socio de coalición, Convergència Democràtica (CDC), en vísperas electorales. Así, no le hará reproches respecto al último episodio de la Declaración de Barcelona: el programa común que aprobaron anteayer los nacionalistas gallegos, vascos y catalanes y que incluye la reforma del Tribunal Constitucional y la del Senado, así como que los tribunales superiores de Justicia de las nacionalidades históricas sean las máximas instancias judiciales en sus autonomías.

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Los democristianos catalanes han sido históricamente los más reticentes a este tipo de frentes nacionalistas. En las tres reuniones que el comité de estrategia electoral de CiU ha mantenido hasta el momento, los representantes de Unió se han mantenido al margen de la polémica sobre la conveniencia o no de que reaparezcan las referencias a esta plataforma o sobre el énfasis en la radicalidad del mensaje nacionalista durante la campaña electoral.Dentro de Convergència se han producido intensos debates al respecto que han enfrentado a Pere Esteve, el secretario general del partido, con algunos barones. Pero, de momento, los democristianos están dispuestos a resistirse a cualquier tentación de entrar en polémica.

Este es un año de importantes acontecimientos, con la sucesión de Jordi Pujol y los congresos de Unió y Convergència a la vista, y UDC prefiere mantenerse al margen de cualquier debate que pueda apuntarle como causante de problemas en la coalición. Así, se ha situado en un discreto segundo plano: no quiere pecar ni por exceso ni por defecto.

Por ello, el propio líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, acudirá a la cumbre de dirigentes nacionalistas de la Declaración de Barcelona que se celebrará en Bilbao el próximo día 28. Duran han sido el dirigente más absentista en lo que a la asistencia a este tipo de reuniones se refiere.

De hecho, la oposición más significativa a este nuevo manifiesto de programa común aprobado el pasado martes en Santiago de Compostela por el PNV, CiU y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) procede de las filas de la propia Convergència. Por un lado, el aparato del partido ha promovido e impulsado estas citas, que desde los sectores moderados de la formación se ven con preocupación en la medida en que pueden influir en la imagen radical o en el programa electoral que presente la coalición nacionalista a las elecciones legislativas del próximo mes de marzo.

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Josep Camps, representante de Convergència en la última reunión mantenida por las fuerzas nacionalistas de Galicia, Cataluña y el País Vasco, quiso ayer poner de manifiesto que el texto definitivo de ese programa común no tendrá luz verde hasta el próximo día 21.

Los coordinadores de CDC, UDC, el BNG y el PNV darán en esa fecha luz verde definitiva a la plataforma enmendada que ayer avanzó este diario. En cualquier caso, no habrá referencias ni a la autodeterminación, ni a la reforma de la Constitución, ni a la de los estatutos de autonomía. "Este programa complementerá al que haya elaborado la coalición en lo económico, lo social, lo cultural o lo medioambiental", subrayó Camps.

Mientras tanto, el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, afirmó ayer que la Declaración de Barcelona "sufre el efecto Guadiana", ya que, a su juicio, aparece y desaparece "en función de los intereses de Pujol".

El dirigente socialista expresó su preocupación por que las fuerzas nacionalistas firmantes "no sean capaces de establecer una política común en materia de pactos, tal y como quedó de manifiesto tras la reunión" de Santiago. Además, s preguntó por los beneficios que le reporta a Galicia la participación del BNG en este foro, ya que está por ver que "en estos cuatro años de legislatura" el PNV o CiU apoyen "reivindicaciones e iniciativas en beneficio de los intereses de Galicia".

A su vez, el BNG no censuraría a CiU ante un posible pacto electoral de los nacionalistas catalanes que permitiese al Partido Popular (PP) gobernar durante la próxima legislatura sin mayoría absoluta, aseguró ayer Francisco Rodríguez, diputado suyo por A Coruña.

El parlamentario nacionalista agregó: "Lo que no sería aceptable es que Convergència i Unió no intentase defender algunos puntos comunes que los nacionalistas tenemos en nuestros programas". "Eso puede hacerse desde la colaboración con el Gobierno central o desde la beligerancia", concluyó.

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