La Comunidad le compra un castillo del siglo XIV a Buitrago del Lozoya por 18 millones

El Gobierno regional ha tenido un detalle con la localidad de Buitrago del Lozoya (1.400 habitantes): le ha regalado el castillo del marqués de Santillana, cuya fortificación originaria fue construida entre los siglos XIV y XV. El obsequio no le ha salido muy caro: 18 millones de pesetas que ha pagado la Comunidad a la viuda del propietario, el arquitecto José Manuel González-Valcárcel. El alcázar servirá como auditorio para conciertos, así como para representaciones teatrales. La Comunidad proyecta recuperar la deteriorada fortificación.

"Reunidos, de una parte y en calidad de comprador, el alcalde de Buitrago, José Ignacio Martín, y de otra, la parte vendedora, la propietaria de la finca registral número 5, conocida como La Fortaleza, se procede al acto de compraventa". Así arrancó el notario la lectura del contrato que formalizaba la transacción. Una vez revisado el documento, el socialista José Ignacio Martín hizo entrega de un talón de 18 millones de pesetas a la propietaria del castillo, Consuelo Sánchez Puelles, que lo recogió con una gran sonrisa: "Lo repartiré entre mis nueve hijos", anunció.

Una vez firmado el contrato, el castillo pasó a ser de propiedad municipal. El viceconsejero de Promoción y Patrimonio de la Comunidad, Juan Carlos Doadrio, que no perdió detalle de la lectura, destacó: "De los 40 o 50 castillos que hay en la región, éste es el primero que pertenece al pueblo y eso es algo que todos estábamos esperando. El resto es propiedad de particulares o de organismos oficiales", aseguró.

El castillo era propiedad de Sánchez Puelles por legado de su difunto esposo, el arquitecto José Manuel González Valcárcel, que lo adquirió en 1975 por 1,6 millones de pesetas para restaurarlo: "Pretendían comprarlo unos americanos que no sé que querían hacer con él. Pero mi marido se adelantó y lo compró para restaurarlo y así conservar su arquitectura original", explicó ayer Sánchez.

El recinto amurallado de Buitrago mide un kilómetro y se levantó por los musulmanes en el siglo XI, en plena Reconquista. Tiene 14 torres, 3 de ellas destrozadas. El alcázar se construyó entre tres y cuatro siglos después en el extremo sureste de la muralla. Es de arquitectura mudéjar, realizado en ladrillo y mampostería, y tiene siete torres rematadas por arcos de medio punto. Su patio sirve ahora como gran escenario para representaciones teatrales, musicales y para celebrar novilladas.