Las dos parejas españolas del avión indio secuestrado regresan a sus casas
Carlos Nelson Falcione y Victoria Moreno Varela, una de las dos parejas españolas que han permanecido ocho días secuestradas en un avión indio, regresaron ayer a España. La pareja viajó a Barcelona vía Zúrich, desde donde tomó un avión de la compañía Swissair. Ambos tenían planeado volar hoy hasta su residencia en Ibiza. El matrimonio formado por Josep María Mayoral y Anna Lloret tiene prevista para hoy su llegada a Mollerussa (Lleida), tras una escala en Madrid. Ambas parejas realizaron el viaje de retorno por separado.
Mollerussa ha organizado una gran fiesta para compensar, en lo posible, a Josep María Mayoral y Anna Lloret de las penalidades sufridas en su viaje de luna de miel. La pareja voló ayer desde Nueva Delhi hasta Ammán, desde donde tiene previsto tomar un vuelo hasta Madrid para enlazar con Barcelona.El alcalde de la ciudad, Antoni Bosch, ha reorganizado la cabalgata de los Reyes Magos de forma que en ella se tenga presente la llegada del matrimonio. La intención es que intervengan durante el festejo y dirijan a la población algunas palabras desde el balcón del consistorio, aunque se ignora si los dos viajeros aceptarán el ofrecimiento.
Teresa Ginestá, que ha ejercido en estos días como portavoz de la familia, aseguró que Josep María Mayoral y Anna Lloret desean una llegada discreta, por lo que prefieren que no se sepa exactamente en qué vuelo llegarán a Barcelona. No obstante, añadió Ginestá, el matrimonio tiene previsto descansar en un primer momento y, con posterioridad, y antes de la cabalgata real, convocar una conferencia de prensa para explicar las penalidades y sentimientos de estos últimos días.
También hoy está previsto que vuelva a Ibiza la otra pareja secuestrada. Carlos Nelson Falcione y Victoria Moreno Varela llegaron anoche al aeropuerto de Barcelona y pasaron la noche en la ciudad, ya que no había conexión adecuada para llegar a la isla, donde residen habitualmente.
Carlos Nelson Falcione explicó, antes de emprender viaje hacia Barcelona, vía Zúrich, que los secuestradores eran especialmente jóvenes. En su opinión, ninguno de ellos alcanzaba los 30 años. El grupo, añadió Falcione, hizo en todo momento gala de una gran organización y de no poca profesionalidad. Cada uno de los miembros del comando tenía asignada una tarea, que realizaba con precisión y contundencia.
Durante los días de cautiverio en tierra, alternaron los tiempos de tensión y de relajo. En algún momento, alguno de los secuestradores llegó a contar un chiste, aunque lo normal era la incomodidad y la desesperanza, sensaciones agudizadas por las privaciones materiales: escasez de alimentos y agua, falta de higiene, dificultades de movimientos, frío y posturas a veces forzadas por los secuestradores.
Las dos parejas, según aseguraron Falcione y Moreno, han establecido fuertes vínculos de amistad y aprecio, consecuencia de la convivencia en una situación tan difícil.
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