El Papa celebra el primer gran acto del Jubileo con miles de niños
La plaza de San Pedro del Vaticano fue escenario ayer de la primera gran concentración del recién inaugurado Jubileo del 2000. Decenas de miles de personas, gran parte de ellas niños y jóvenes, acudieron a Roma de toda Italia y de otros 30 países del mundo para festejar con el Papa el Jubileo de los niños. Juan Pablo II acogió a los jovencísimos peregrinos con indisimulada felicidad, recordándoles que son "la esperanza de la humanidad", y denunciando "lo abyecto de la explotación de la infancia". Pero miles de pequeños visitantes se tuvieron que conformar con una concentración en la plaza más famosa de la cristiandad, sin poder acceder al interior de la basílica. Las cifras previstas por la organización del Jubileo se mostraron muy inferiores al número real de asistentes.Poco antes de las once de la mañana, Karol Wojtyla, a bordo de un jeep blanco, hizo su aparición en la plaza de San Pedro, repleta de jóvenes peregrinos tocados con gorros blancos, que le recibieron con gritos de alegría. El Papa se encaminó después al interior de la catedral, donde se ha celebrado una misa solemne. Por la tarde, en la sala Nervi, en el interior del Vaticano, Juan Pablo II recibió a unos 6.000 niños, acompañados por sacerdotes y maestros. En la homilía de la misa matinal, el Pontífice se dirigió a la jovencísima audiencia recordándole que son "la esperanza de la humanidad".
Hambre y violencia
"Al comenzar el año nuevo, queridos niños y jóvenes, no podemos olvidar", dijo el Papa en inglés, "a todos aquellos de vuestras mismas edades que sufren el hambre y la violencia, que son víctimas de las más abyectas formas de explotación". Y añadió: "¿Cómo podemos olvidar a tantos niños a los que se niega incluso el derecho de nacer?".
Entre los pequeños asistentes figuraban un grupo de niños-soldado de Sierra Leona, representantes de un colectivo de 6.000 niños de los que al menos 250 han sido rescatados con fondos de la Iglesia de las garras de los señores de la guerra que operan en el país africano. Tras recitar la plegaria del ángelus, el Papa saludó a los jugadores del Roma, uno de los dos equipos de fútbol de la capital italiana, que patrocinaba el evento de ayer en el Vaticano, haciéndose cargo de los gastos de desplazamiento de los niños procedentes de países sin recursos.
Contra los pronósticos de los organizadores, que calculaban una asistencia de 50.000 personas (30.000 niños) en la primera gran concentración del Jubileo, en la plaza de San Pedro y en la adyacente Via della Conciliazione, se juntaron unas 150.000 personas, que soportaron el intenso frío matinal y las dificultades de avituallamiento que se registraron. Los peregrinos llegaron a Roma en 700 autocares y una decena de trenes, pero no todos los vehículos encontraron aparcamiento cerca del Vaticano, por lo que muchos hubieron de desplazarse a otros puntos de la ciudad, ya de por sí asfixiada por el tráfico.
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