La apertura hoy del mercado financiero e industrial, la gran prueba del "efecto 2000"
Arrecia el debate sobre el gasto provocado por la prevención del fallo informático
El recuento de problemas derivados del efecto 2000 continuaba ayer siendo llamativamente exiguo. Que si a un ciudadano alemán su banco le había ingresado 12 millones de marcos que no eran suyos; que si un satélite espía norteamericano había estado sin operar... En España, los grandes comercios abrieron sin sustos. La segunda gran prueba llegará hoy, cuando abran las fábricas y se active el tráfico financiero. Chicago, París y Tokio, entre otras, hicieron ayer pruebas que se saldaron con éxito, salvo en Japón, donde hubo conflictos en una docena de agencias bursátiles.
Los centros de seguimiento internacionales del efecto 2000 continuaban ayer bostezando. Suecia reportó un fallo, sin consecuencias para los pacientes, en el sistema de diagnóstico coronario de tres hospitales alimentado por un programa que sí respondió en otros países. Un problema similar se presentó en Egipto.En Francia, un equipo de detección de fallos en el sistema de satélites perdió esta habilidad y en Turquía se mantuvo abierto un oleoducto tras engañar con la fecha al ordenador que monitoriza su actividad: se dató en 1995.
Japón confirmó que los problemas de algunas de sus plantas nucleares habían sido debidos al efecto 2000, problemas que afectaron a sistemas de telemetría, a la transmisión de datos sobre radiación exterior o al sistema que procesa información meteorológica, fallo este último que ya había sido detectado en noviembre. Algunas agencias citaban como trastorno menos anodino fallos en satélites que dan datos a la NASA y al Pentágono. La atención de estos días a cualquier fallo ha desvelado que las averías son algo cotidiano y no por el efecto 2000. En Irán, un apagón por culpa de un gato entrometido en una central se achacó inicialmente al popular efecto.
Tras este tranquilo fin de semana, la atención se dirige ahora a los grandes centros financieros, que hoy reinician su actividad. Anoche abría el mercado de futuros de Chicago, el primer gran parqué electrónico que entrará en funcionamiento en el nuevo año. Sus responsables hicieron con éxito simulaciones el sábado. La Bolsa de París y la City londinense informaron de pruebas con un final satisfactorio. Tokio, sin embargo, en una simulación dominical, detectó problemas en una docena de agencias bursátiles, de las 233 que trafican en el parqué japonés. Sufrieron disfunciones en el sistema de back office. La empresa suministradora confiaba en solventar el problema antes de que el martes abra la Bolsa japonesa. Ayer, varias bolsas árabes, de menor rango, comerciaron valores sin tropiezos.
Las fábricas también se preparan. La factoría de Seat en Martorell, por ejemplo, ha organizado un turno especial para hoy dedicado a supervisar la conexión con los proveedores. Muchos bancos centrales aumentaron su disponibilidad de dinero líquido en prevención de una demanda angustiada por los augurios de caos. Aunque ha habido un crecimiento de la misma, no se han vaciado las reservas y las autoridades norteamericanas ya han anunciado que este año imprimirán menos dinero para colocar el extra impreso en 1999.
La irrelevancia del efecto 2000 en estas dos primeras jornadas ha suscitado las primeras críticas sobre una intencionada exageración de la industria. Quienes sostienen la teoría conspirativa alegan que no es lógico que el efecto 2000 haya sido, hasta ahora, tan inocuo en los países que han gastado fortunas para prevenirlo como en aquellos donde no se hizo tal gasto. Las críticas más contundentes llegaron ayer desde Praga. Tanto el primer ministro checo, Milos Zeman, como el presidente del Parlamento, Vaclav Klaus, aseguraron que todo había sido un "invento" de la industria. Gracias a este chiste, según sus palabras, los fabricantes se han llenado los bolsillos.
En contra están quienes consideran que la movilización no sólo ha impedido un caos, sino que ha supuesto la puesta al día de una red que tiene un papel vital en el desarrollo de las sociedades y que es vulnerable si no se mima. Un analista de IDC defendió las inversiones preventivas porque han actualizado los sistemas. "Hemos limpiado el ático", manifestó. El presidente de Microsoft, Bill Gates, terció afirmando que si se hubiese ignorado el problema "el impacto hubiera sido mayor" y advirtió que "vamos a oír hablar de sistemas que fallan durante los próximos meses". "No será catastrófico, pero habrá muchos fallos", concluyó. Gates sufrió levemente en su propia casa el efecto 2000. La firma tuvo que solventar problemas en algunos portafolios de usuarios de su MoneyCentral Web y correos de Hotmail con fecha anterior a octubre de 1999 se dataron en el 2099 sin dañarse su contenido. También ayer se detectaron virus del 2000.
Frente a los apocalípticos, un ciudadano de Dallas se ha encerrado en una casa con un ordenador y no piensa salir hasta el 2001. Su supervivencia la confía a la buena marcha de la red informática. La experiencia, patrocinada, puede seguirse en la web de su compañía, DotComGuy.
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