El temporal arrasa miles de hectáreas de bosque y daña parques y monumentos en Francia
El alcalde de París, Jean Tiberi, espera que su ciudad sea declarada zona catastrófica. Más de la mitad de los árboles de los bosques de Vincennes, Boulogne y Versalles quedaron arrasados por un huracán que superaba los 150 kilómetros por hora y que hizo añicos las centenarias vidrieras de Notre Dame y la Santa Capilla. Francia apenas comenzaba a recuperarse ayer de la trágica devastación del temporal del fin de semana, que golpeó también a otros países, con un saldo provisional de 91 muertos. Tras el vendaval, la amenaza de avalanchas en los Alpes ha puesto en alerta a Suiza y Alemania.
Desde Normandía hasta Baviera, un temporal "histórico y excepcional", según los meteorólogos franceses, ha barrido media Europa en plena Navidad. Los coletazos de la tempestad Lothar castigaban ayer el sur de Francia y el norte de España, mientras los equipos de Protección Civil de Suiza y Alemania se situaban en estado de alerta ante el riesgo de aludes de nieve tras el choque de las fuertes corrientes de aire con las cumbres de los Alpes.En la madrugada de hoy, el saldo de víctimas mortales se elevaba ya a 46 en Francia, 17 en Alemania, 12 en Suiza, 8 en el Reino Unido, 3 en Italia y 5 en España.
El norte de Francia era ayer un paisaje de desolación, con árboles arrancados de cuajo, tejados derribados por la fuerza del viento y vías de comunicación bloqueadas, mientras más de un millón de hogares seguían aún sin electricidad.
La destrucción se ha ensañado con París. El temporal obligará a replantar 140.000 árboles, que representan la mitad de la superficie de los bosques urbanos de Vincennes y Boulogne. El Ayuntamiento de la capital francesa prevé que tardará tres años en desbrozar los dos principales parques de la ciudad y "decenios" en poder recuperar su actual arbolado. Otros 10.000 árboles quedaron arrasados en el parque de Versalles, incluido el celebre árbol de Jussieu, plantado por Napoleón. Sólo en la región de la Lorena, en la frontera con Alemania, el vendaval ha destruido 10.000 hectáreas de bosque. En el centro del país un niño de 12 años murió aplastado por un árbol.
La torre Eiffel resistió los embates del temporal, pero los centenarios templos de Notre Dame y de la Santa Capilla sufrieron importantes desperfectos. Varias placas de la cubierta del Panteón se desprendieron de su cúpula. El vendaval también causó daños en la abadía del monte Saint Michel, en la costa atlántica. Varias de sus vidrieras estallaron en pedazos cuando una fortísima corriente de aire penetró en su interior.
El Garona, desbordado
Por la noche la tempestad se desplazó hacia el sur de Francia, donde la compañía Air France suspendió todos sus vuelos con destino a Biarritz, Burdeos y Tolosa. En la Vendée (suroeste del país), las ráfagas alcanzaban anoche puntas de hasta 150 kilómetros por hora. En la región de Dordoña el 95% de sus habitantes se quedaron sin fluido eléctrico y el río Garona, a su paso por Burdeos, se desbordó arrastrando a decenas de vehículos que estaban aparcados en las orillas.
En Alemania, donde el viento del Lothar superó los 200 kilómetros por hora el pasado fin de semana, los servicios meteorológicos advertían ayer del riesgo de avalanchas de nieve en los Alpes y de eventuales inundaciones en las regiones del sur del país tras las fuertes lluvias registradas el día anterior.
Las primeras evaluaciones del Gobierno alemán elevan a cientos de millones de marcos los desperfectos causados al paso del Lothar en el sur y en el suroeste del país. La crecida del río Mosela amenazaba también con provocar inundaciones.
Aunque en Bélgica no se habían contabilizado víctimas mortales, el desbordamiento de los diques del Escalda había anegado amplias zonas y dejado aisladas varias poblaciones.
En Austria, las heladas provocaron varios accidentes de tráfico; entre ellos, el de un autocar español en el que viajaban turistas latinoamericanos, 17 de los cuales tuvieron que ser hospitalizados.
El temporal también golpeó duramente a Suiza, donde las autoridades también habían lanzado la alerta ante el peligro de que se produzcan avalanchas en zonas montañosas. En los Alpes italianos, tres jóvenes murieron el domingo al quedar atrapados en un alud en la localidad de Brusa, cerca de la estación invernal de Sestrieres.
En el Reino Unido, mientras tanto, las autoridades daban cuenta de ocho muertos y de varios marineros dados por desaparecidos en medio del temporal.
Más información en las páginas 19 y 20
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