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Amanecer en la isla de Pitt

Ni siquiera el emblema de la Grecia clásica o la planicie helada del Polo Sur quedan ajenas a las celebraciones milenaristas. Los primeros en ver el sol de 2000 serán los habitantes de la isla de Pitt, en archipiélago de las Chatham, en el Pacífico Sur. El último atardecer de 1999 lo disfrutarán en Samoas Occidentales. En algunos lugares, el jolgorio incluye toques de reivindicación.Así ocurre en Belén, donde las autoridades palestinas han programado un espectáculo que incluye la suelta de 2.000 palomas para llevar al mundo "un mensaje de paz". Panamá aprovechará la ocasión para celebrar, además del año nuevo, la devolución del canal interoceánico por parte de Estados Unidos.

La historia estará presente en muchas celebraciones. En Atenas, el Partenón vigilará la fiesta popular con conciertos y un espectáculo de luz y sonido que se celebará a los pies de la Acrópolis. También afín a su pasado, El Cairo prepara un espectáculo faraónico. El compositor francés Jean-Michel Jarre estrenará su ópera electrónica Los doce sueños del sol, mezclada con proyecciones de láser sobre las pirámides de Guizé.

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Otras pirámides, las de Teotihuacán, servirán de escenario para la celebración mexicana. Habrá fiesta durante 24 horas. China recurrirá a la Gran Muralla. En dos puntos de este monumento se espera que 50.000 personas contemplen un espectáculo pirotécnico y de láser. Senegal no olvidará su pasado: en la isla de Gorée, bastión de la trata de esclavos frente a Dakar, se celebrará un espectáculo de luz y sonido.

Con aires tremendamente festivos se aguarda en Río de Janeiro (Brasil) la presencia de más de dos millones de personas, vestidas de blanco, en las playas de Copacabana, Ipanema y Barra, donde habrá fuegos artificiales y conciertos.

En Buenos Aires, veinte plazas del centro de la ciudad se iluminarán con espectáculos de fuegos de artificio y música de géneros variados. Esta descentralización de festejos obedece a los problemas de seguridad, que desaconsejaban un acto demasiado masivo, según las autoridades locales.

Sauna masiva

El frío no debe desanimar a los habitantes de Estocolmo. La capital sueca espera que unas 100.000 personas celebren la Nochevieja en un inmenso bar construido para la ocasión en el puerto. Tendrán a su disposición una sauna al aire libre.

Viena ha apostado por el baile. La capital austríaca, que gastará 216 millones de pesetas en festejos, ha organizado entre otras cosas un baile masivo para saludar el 2000 según la tradición: con los compases del vals El Danubio Azul. En Sofia (Bulgaria) estrenarán el 1 de enero un vals desconocido del compositor Johann Strauss.

En cambio, en Bangkok mandan las bodas. En la capital tailandesa, se celebrarán a lo largo de dos días las nupcias tradicionales de 2.000 parejas. También desfilarán otros 50.000 matrimonios por un parque de la ciudad.

En la australiana Sidney prometen los mayores fuegos artificiales del planeta. Se espera que dos millones de personas acudan a contemplarlos.

Ni siquiera la Antártida (el único continente sin nativos) se libra de la euforia que ha desatado la próxima Nochevieja. En las primeras horas del año 2000 más de una veintena de paracaidistas de diez países prevén saltar desde un avión ruso para caer sobre el polo sur geográfico, donde la temperatura puede rondar los 70 grados bajo cero. La expedición incluye a cinco malaisios, cuyo Gobierno subvenciona la idea con más de 250.000 dólares (unos 40 millones de pesetas). Los españoles que se han sumado a la iniciativa saltarán desde un globo.

Los reportajes de esta doble página, coordinada por Charo Nogueira y Antonio Jiménez, se han elaborado con información de Juan Antonio Carbajo, Julieta Rudich, Matias Korfman, Juan Carlos Gumucio, Lourdes Gómez, Octavi Martí, Luis Matías López, Lola Galán, Javier Cuartas, Javier Rivas, Xósé Hermida, Felip Pinazo, J. J. M. Galiana, Valeria Perasso, Aurelio Martín, Isabel Salvador, Miriam Ghuneim, Rodrigo Ponce de León y France Presse.

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